“He decidido hacer un fideicomiso ciego y destinar a un conjunto de personas independientes que van a disponer todos mis bienes y se van a encargar de administrarlo mientras dure mi tarea pública", anunció Mauricio Macri el 7 de abril de 2016, a los pocos días de que su nombre apareciera involucrado en los Panamá Papers. Pero lo cierto es que mintió en casi todo. Para empezar, con su patrimonio, con un monto de fantasía que es 5 veces menor solo a lo que su hermano Gianfranco declaró en la amnistía fiscal. Lo poco real en la frase del presidente es que creó un fideicomiso, típica figura para opacar más que para transparentar. Todo lo demás resultó falso: la figura del fideicomiso ciego no existe en Argentina, no incluyó todos sus bienes, no se los dio a personas independientes y nunca perdió el manejo de esa porción de su patrimonio. Sumado a esto, El Destape revela ahora que Seguridad Fiduciaria, la empresa que le maneja esa parte de sus bienes, está plagada de irregularidades. Este medio accedió a su balance, lo confrontó con especialistas en derecho comercial y finanzas y su análisis revela que sus directores están inhabilitados para esa tarea, que no declara empleados, que informa una sede falsa, que no cumple con los requisitos capital mínimo para una sociedad y que no declara instalaciones. Como broche, en un año ese falso fideicomiso ciego reportó un incremento del 68% en el valor de los bienes de Macri y le generó al presidente más de 5 millones de pesos en ganancias, parte de las cuales provinieron de inversiones en Lebacs. Un chiche.
Ciego
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Pese al anuncio de Macri, la figura del fideicomiso ciego no existe en la legislación argentina. Existen, si, fideicomisos a secas, una típica figura jurídica que, lejos de transparentar el patrimonio de una persona, lo oculta y pone a salvo de cualquier contingencia.
“Este es el secreto y la finalidad del fideicomiso -explicó Ricardo Nissen, ex titular de la Inspección General de Justicia y uno de los máximos especialistas en derecho comercial del país-, y como toda figura legal, que tiende a restringir de alguna manera la responsabilidad patrimonial de una persona en el cumplimiento de sus obligaciones, el fideicomiso puede convertirse fácilmente en un instrumento de fraude, como ha acontecido en nuestro país, que pasó a ser la herramienta preferida de muchos dirigentes inescrupulosos y poco afectos a la transparencia y al cumplimiento de la ley”.
En los fideicomisos hay un fiduciante y un fiduciario. El fiduciante es el dueño de los bienes, en este caso Macri. El fiduciario es el que los va administrar, en este caso Seguridad Fiduciaria SA. En criollo, Seguridad Fiduciaria se hace cargo de lo que Macri le de para administrar. En teoría, la idea era evitar conflictos de interés; en la práctica, como revela hoy El Destape, no solo no se evitaron sino que la propia empresa que administra parte del patrimonio del presidente tiene varias irregularidades.
Macri siempre gana
El balance de Seguridad Fiduciaria da cuenta de que maneja un Fideicomiso Ciego de Administración. No menciona a Macri, pero si lo que el presidente decidió incluir en este falso fideicomiso ciego: sus acciones en las empresas 4 Leguas, Agropecuaria del Guayquiraro, Molino Arrocero Rio Guayquiraro y Maria Amina, y su participación en el Fideicomiso Inmobiliario Caminito. Tomando los importes que puso en su declaración jurada de 2015, tenían un valor de 44 millones de pesos. No hay más datos actualizados dado que Macri no incluyó esos bienes en su declaración jurada de 2016 y la de 2017 aún no la presentó gracias a los oficios de la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura “técnicamente no es delito” Alonso, que prorrogó la fecha límite hasta el 31 de agosto.
Ahora, con los documentos a los que accedió El Destape, se puede ver como evolucionaron esos 44 millones de pesos. El balance indica que el total de activos del Fideicomiso Ciego de Administración pasó a 74 millones, un crecimiento del 68%. Pero, además, consta que Seguridad Fiduciaria hizo inversiones y le hizo ganar a Macri más de 5 millones de pesos en el primer año de administración. Esto es al 30 de junio de 2017. A la fecha, no hay datos.
Del balance de Seguridad Fiduciaria se desprende que parte del falso fideicomiso ciego de Macri se invirtió en el Fondo Común de Inversión “Super Gestión Mix VI”, que administra el banco Santander Río. Lo computan como una deuda con el falso fideicomiso ciego de Macri de 1.287.030 pesos.
A junio de 2017, que es cuando cierra el último balance de Seguridad Fiduciaria, el 83% de ese Fondo estaba invertido en Lebacs, en su gran mayoría con vencimientos a corto plazo que luego se fueron renovando. A junio de este año, casi el 70% de ese Fondo sigue invertido en Lebacs.
Esta inversión no solo muestra la falsa ceguera del fideicomiso, sino que la garantía de que el dinero de Macri rinda frutos reside en la propia política monetaria de bicicleta financiera impuesta desde el Banco Central.
Prohibido escribanos
Según la documentación que consta en la Inspección de Justicia (IGJ), los accionistas y directores de Seguridad Fiduciaria son Guillermo Francisco Fornieles, José María Fernández Ferrari, Esteban Enrique Angel Urresti y Jorge Edmundo Esponda. Todos, según los registros del Colegio de Escribanos porteño, son, valga la redundancia, escribanos, Fornieles con la matrícula 2407, Urresti con la 2341, Esponda la 2301. Fernández Ferrari figura como escribano jubilado, matrícula 2298. Los 3 escribanos en actividad tienen 10.000 acciones cada uno; el jubilado, Fernández Ferrari, 20.000.
Lo irregular, en este punto, es que la ley 404 de la ciudad de Buenos Aires, que regula la actividad de los escribanos, les prohíbe ser accionistas o directores de una sociedad. El inciso c del artíulo 17 dice: “El ejercicio de la función notarial es incompatible con: El ejercicio del comercio por cuenta propia o ajena”. Esta irregularidad puede redundar en la nulidad de la sociedad.
Seguridad Fiduciaria fue fundada el 19 de octubre de 2001. Según consta en el Boletin Oficial, sus fundadores fueron estos escribanos junto a Carlos Marcelo D’Alessio. Macri nunca explicó porqué eligió a dedo a Seguridad Fiduciaria para que maneje parte de su dinero. La clave es el escribano D`Alessio. El falso fideicomiso ciego se constituyó el 12 de abril de 2016, y el contrato lo firmaron Macri y Fernández Ferrari, presidente de Seguridad Fiduciaria. La empresa la recomendó DAlessio, a quien Macri nombró Escribano General de la Nación el 23 de diciembre de 2015, a los pocos días de asumir la presidencia. Al momento de firmarse el contrato, D´Alessio aún era vice presidente de Seguridad Fiduciaria. D´Alessio renunció a la empresa el mismo día que se firmó el contrato, pero esto recién se publicó en Boletín Oficial el 17 de mayo, más de un mes después. En síntesis: Macri le dio parte de sus bienes a la empresa de su escribano de Gobierno.
Ni sede ni mínimo
Otro punto irregular es el domicilio de la sociedad. Según informan, es Montevideo 1669 7mo B. Esa es el domicilio que informa Fernández Ferrari, el escribano accionista que oficia de presidente de la sociedad. El Destape se comunicó con ese domicilio y allí funciona el estudio del abogado Eduardo José Cárdenas, un ex juez del fuero civil y especialista en derecho de familia. Lucas Martinez, cronista de este medio, fue a esas oficinas a verificar si allí funciona la empresa que supuestamente controla parte de los bienes de Macri. El resultado fue el mismo: se trata de una pantalla.
A la sede se suma el capital de la empresa. La ley de sociedades, en su artículo 186, establece que el capital social mínimo de una sociedad tiene que ser de 100.000 pesos. La sociedad que maneja el falso fideicomiso ciego de Macri no cumple con esto. Según su balance, su capital social es de 50.000 pesos, la mitad del mínimo. Esta sociedad informa ese capital desde el año 2000, y un capital ajustado de 59.863 desde el 2001.
Esto sí, esto no
Este falso fideicomiso ciego de Macri no administra todos sus bienes, ni siquiera los declarados. Los datos no están actualizados a 2018 por una razón: no se conoce la declaración jurada 2017 de Macri gracias a que “técnicamente no es delito” Alonso prorrogó su presentación. Primero era el 31 de mayo, luego el 31 de julio y ahora el 31 de agosto, si no la demora nuevamente.
Lo concreto es que los últimos datos de esos bienes son de 2015. Valían, por entonces, 44 millones de pesos. Menos de la mitad del patrimonio de Macri.
El presidente no incluyó su terreno en Tandil, su departamento con cochera que le alquila a su amigo y titular de la casa de espías Gustavo Arribas, sus lotes en Pilar, su terreno en Uruguay, sus acciones en E. Costa SA, sus créditos con sus amigos Nicolás Caputo y Néstor Grindetti ni sus cuentas en el exterior (que luego, en teoría, nacionalizó) ni las que tenía en el país ni el dinero en efectivo. Obviamente, tampoco hizo mención a sus empresas off shore ni al terreno en la localidad de Bella Vista que reveló el periodista Horacio Verbitsky. Todo eso, suma arriba de 200 millones de pesos.
Ni ciego, ni sordo, ni mudo
Macri, al anunciar su falso fideicomiso ciego, hizo una puesta en escena cuyo primer acto fue asegurar que perdería el control de la parte de su patrimonio que incluyó bajo esta figura. Nada más alejado.
La figura del fideicomiso ciego no existe en la legislación argentina. Lo que hizo Macri fue un fideicomiso común. Según el contrato, Macri no puede comunicarse con Seguridad Fiduciaria ni directa ni indirectamente. Lo insólito es que las comunicaciones entre el presidente y la empresa que eligió a dedo deben hacerse a través de Alonso, la titular de la Oficina Anticorrupción que declaró que se enamoraría de Macri y que llegó a negar que la función del organismo que conduce sea investigar al Poder Ejecutivo. Como todo pasa por su enamoradiza, que Macri no sepa el devenir de sus bienes es una cuestión de fe, y sería raro que encuentre fieles dispuestos a creer tamaña fantasía.
En los papeles, el inciso e) del artículo 5.1 del contrato establece que Macri recibirá, a través de Alonso, “la información que pueda necesitar para preparar sus declaraciones o presentaciones impositivas” y “un informe semestral con el valor de los Bienes Fideicomitidos, los fondos depositados en la Cuenta Fiduciaria, las pérdidas del período y los pagos realizados por obligaciones impositivas”. Por ende, Macri sabrá, cada 6 meses o máximo un año, el estado de sus bienes. En 2017, cuando tuvo que presentar su nueva declaración jurada 2016, Macri directamente dejo afuera los bienes de su falso fideicomiso ciego. ¿Consejo de Laurita?
No sólo no existe legalmente el fideicomiso ciego; tampoco es ciego en los hechos. De hecho, el artículo 1.676 del Codigo Civil establece: “El contrato no puede dispensar al fiduciario de la obligación de rendir cuentas”. Y, según el contrato, si a Macri no le gusta como van sus bienes puede cambiar al administrador sin trámite.