"Estoy bien. Me dijeron que podía estar peor", bromeó el jefe de Estado al retirarse de la clínica, donde permaneció durante tres horas para realizarse chequeos de control, según se informó oficialmente.
Macri, antes de subirse al vehículo oficial que lo trasladó a la Casa Rodada, instó a los argentinos a "hacerse los chequeos todos los años, como corresponde" para verificar el estado de salud.
El jefe de Estado, que cumplirá 57 años el próximo 8 de febrero y que hace actividad física habitualmente, ingresó pasadas las 8 al centro médico en el barrio porteño de Montserrat y se retiró 11.30.
En un comunicado de prensa, la clínica informó: "En horas de la mañana el Sr. Presidente de la Nación, Ing. Mauricio Macri, se ha realizado los estudios médicos habituales que forman parte del control anual de salud, en el Centro de Vida de la Fundación Favaloro, por indicación de la Unidad Médica Presidencial".
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El escueto informe lleva las firmas de Cristian Fuster, director médico del Hospital Universitario Fundación Favaloro, y Oscar Mendiz, jefe del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular.
Por la mañana, la Casa Rosada indicó que "el presidente Mauricio Macri realiza hoy, en un sanatorio porteño, una serie de controles aeróbicos rutinarios para evaluar su estado físico debido a la habitual actividad deportiva que realiza en su tiempo libre".
En ese sentido, la información detalló que el jefe de Estado se realiza "anualmente" los mencionados controles que consisten, entre otras cosas, "en actividad sobre una cinta durante los cuales se evalúan respuestas físicas y cardíacas (ergometría)".
Concluido el chequeo, Macri se dirigió a la Casa Rosada donde este mediodía se disponía a compartir un almuerzo de trabajo con el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, y por la tarde mantendrá un encuentro con ministros de Salud de las provincias del noroeste.