Mauricio Macri mueve piezas para retener el poder que se le escapa de las manos. El lunes que viene recibirá en la Casa Rosada a representantes de la UCR para “analizar la posibilidad” de que un dirigente radical lo acompañe como vicepresidente en la fórmula para este año, según confirmaron a El Destape fuentes gubernamentales.
La jugada busca blindar simultáneamente dos problemas que desviven al Presidente. Por un lado, despejar dudas sobre su propia candidatura, en un momento en el que un sector del oficialismo ya se encuentra abocado a construir una alternativa; por el otro, controlar la rebelión en marcha en las filas del partido centenario, donde muchos plantean un futuro próximo sin rastros de color amarillo. Resta por verse si Macri todavía está a tiempo de hacer frente a estos problemas y mantener a flote el proyecto de su reelección.
A la reunión están invitados los tres gobernadores radicales: el correntino Gustavo Valdés, el jujeño Gerardo Morales y el mendocino Alfredo Cornejo, a la sazón titular del partido. Los últimos dos se imaginan como candidatos a la vicepresidencia. También serán de la partida el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal y el jefe de Gabinete y de campaña, Marcos Peña. Se trata de un nuevo intento del tándem Macri - Peña para contener la descomposición de la alianza oficialista, que cruje por las diferencias entre los socios y también en el seno de cada uno de los partidos (con excepción de la unipersonal Coalición Cívica de Elisa Carrió, que por ahora se mantiene prescindente en esta discusión).
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Por un lado, el ala política del PRO ya trabaja en una candidatura alternativa por si el Presidente se queda sin nafta antes del cierre de listas, en junio. Con encuestas en una mano y el temor a un regreso de Cristina Fernández de Kirchner en la otra, ya obtuvieron el respaldo de importantes empresarios, medios e incluso parte del propio gabinete de Macri. Por el otro, el radicalismo se debate entre quienes quieren abandonar Cambiemos para estrechar lazos con Lavagna; los que buscan instalar un candidato propio en la interna oficialista y quienes quieren mantener la alianza conformada en 2015 en Gualeguaychú, pero rediscutir el reparto de poder a su interior. A este último grupo intentará seducir Macri para sumar apoyos en su aventura reeleccionaria.
En la Casa Rosada aceptan que Cambiemos deberá ampliar su oferta política para contener el núcleo de votos que hace cuatro años lo depositaron en el ballotage y luego le permitieron ganar el gobierno. Macri preferiría repetir con la fórmula que le dio buen resultado en todas las elecciones hasta ahora y acompañarse por una mujer de su entorno político: en ese sentido se barajaron estos meses las opciones de otro período de Gabriela Michetti, de la ministro de Desarrollo Social, Carolina Stanley, la de Seguridad, Patricia Bullrich, y hasta de la gobernadora Vidal. Sin embargo el margen de decisión del Presidente se ha visto reducido en las últimas semanas y ahora se ve obligado a evaluar alternativas para evitar un desbande aún mayor de las fuerzas que lo acompañan.
En la reunión del próximo lunes planteará esa situación ante sus socios políticos, buscando una salida consensuada que fortalezca su candidatura hacia adentro y hacia afuera. Fuentes del gobierno aseguran que “la decisión final” sobre la fórmula presidencial “es exclusivamente de Macri”. Que tengan que salir a aclarar lo obvio habla de lo frágil de su posición. Entre los radicales, solo tres nombres pasarían el filtro del actual mandatario: el mendocino Cornejo, el jujeño Morales y el diputado Martín Lousteau. “Son los únicos que tienen votos”, aseguran en la Casa Rosada. De los tres, Morales, con reelección en su provincia, es el que parece más lejos. No parece haber lugar para sorpresas de último momento, aunque no habría que descartar que tercie, finalmente, el nombre de una mujer.