El 19 de julio pasado podría haber quedado en la historia como el día en que una derrota del PRO ahogó el sueño presidencial de Mauricio Macri. El jefe de Gobierno porteño admitió que si su delfín Horacio Rodríguez Larreta perdía contra Martín Lousteau no se "hubiese sentido con autoridad" para disputar la presidencia.
Macri reconoció que si su partido no hubiera podido retener la administración de la Ciudad en las elecciones, ir a las PASO y luego a las generales "hubiese sido una catástrofe". Sin embargo, agregó: "Para mí, el fuerte apoyo que hemos tenido en las PASO, en la primera y en la segunda vuelta me da mucha tranquilidad".
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En la misma línea, aseguró que está "convencido" de ganar en las elecciones. "Somos la mayoría quienes queremos una forma diferente de vincularnos entre los que gobiernan y los ciudadanos, una cosa de más diálogo y cercanía", destacó.
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