El domingo último, Horacio Rodríguez Larreta (PRO) ganó el balotaje a jefe de Gobierno porteño frente a Martín Lousteau (ECO) por tan sólo 3 puntos: una victoria cuanto menos analizable ya que fue la peor elección del macrismo en la Capital Federal.
Tras el ajustado triunfo el actual jefe de Gobierno y candidato a presidente de la Nación, Mauricio Macri, admitió que si el PRO perdía la elección no se hubiese "sentido con autoridad" para disputar las PASO nacionales pero ¿cómo quedó su candidatura presidencial trasuna victoria no tan holgada en su propio distrito? ¿afectará sus aspiraciones al sillón de Rivadavia?
El analista Enrique Zuleta Puceiro dialogó con El Destape y analizó los resultados de la segunda vuelta, la que minimizó al decir que “no es menor tener el 50 por ciento en la Capital: en frente sus opositores llegaron al 50%, sí, pero todos juntos”. No obstante, no le auguró un gran resultado a nivel nacional: “El PRO ya tuvo varios avisos de que encontró su límite: le fue muy mal en Salta, en Tierra de Fuego, en Neuquén, en Santa Fe, en Córdoba… es un partido que quedó desactualizado y hasta cansó”.
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“Lo que tienen que hacer ahora es poner en marcha una reestructuración de su estrategia porque las bases de su propia estructura y su filosofía quedaron en otro tiempo. Nacieron como un partido abierto, despojado de ideologías que en una Argentina cansada de partidos políticos narcisistas calzó muy bien pero el sistema político reaccionó, el peronismo hasta generó una democracia interna que jamás había tenido y las ideas del PRO quedaron viejas”, aseguró.
En ese sentido, el analista afirmó que el oficialismo porteño “es un partido local que la gente votó para gestionar la Ciudad pero que la presidencia es su límite” y explicó que “el PRO está atravesando una crisis de incorporación que hace que se quede estancado en los puntos que alcanzó, eso también le pasa al peronismo”.
Por su parte el consultor político y director de StarkeLabs, Roberto Starke, dialogó con DyN en el mismo sentido y dijo que el balotaje porteño "se interpreta como una derrota para Macri porque en general los puntos que acompañaron a Mariano Recalde se trasladaron al candidato de ECO para dañar y lastimar la candidatura de Mauricio Macri a presidente" y consideró que el candidato opositor "tiene que reestructurar su campaña y tiene que reajustar su estrategia".
Tras la reñida elección parece que el líder del PRO tomó rápidamente nota de los consejos y en su discurso de lanzamiento de su candidatura nacional en el búnker del partido, donde se esperaba que se lance con bombos y platillos, se limitó a elogiar medidas del kirchnerismo y prometer que la AUH, Aerolíneas Argentinas e YPF continuarán tal como hoy en día pero "bien administradas". "Queremos un Estado bueno, para la gente", repitió a la largo de esta semana.
El analista Rosendo Fraga aseguró a este medio que “la estrategia de Macri planteada en el discurso que dio en la noche de la segunda vuelta de la elección porteña fue el inicio de un cambio" y dijo que se basó “en la estrategia del oficialismo centrada en decirle a la gente que puede perder lo que tiene si gana la oposición”.
"La idea de decirle al electorado que mantendrá aspectos sustanciales de la gestión kirchnerista puede ser correcta, pero los ejemplos que dio creo no fueron los más felices, ya que permitió al oficialismo señalar que los legisladores nacionales del PRO habían votado contra dichas iniciativas en el Congreso", aseguró.
Asimismo, agregó:"Hubiera sido mejor ejemplificar con los casos de la ciudad de Buenos Aires, que Macri ha gobernado durante casi ocho años y donde hay numerosas estructuras estatales que funcionan eficazmente como tales y donde hay también reparticiones privatizadas: con esos ejemplos pudo haber mostrado que no tiene una posición tomada respecto a privatizar o no".
Zuleta Puceiro, sin embargo, dijo que "su nuevo discurso le servirá un poco con el electorado independiente pero fue desafortunado, muy rápido y bajo presión: le faltó timing" mientras resaltó la importancia de captar a este electorado no partidario: "8 de cada 10 argentinos son independientes, el que quiera ser presidente va a tener que unificar su propia fuerza política y buscar sumar a esta gente. Es el desafío que tienen Macri y Scioli ahora".
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