El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, aseguró estar "listo para nuevos y más grandes desafíos", al inaugurar un nuevo período de sesiones ordinarias de la Legislatura, ante la que se presentó con un discurso de campaña presidencial y llamados al "diálogo y el pluralismo".
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Tras un minuto de silencio en homenaje al fiscal Julio César Strassera, fallecido el viernes, Macri habló durante media hora, entre las 9.38 y las 10.08, lapso que aprovechó para repasar logros de su gestión, iniciada en 2007, para mencionar los "desafíos" que quedan para quien lo suceda en diciembre y para reclamar que el Estado esté "al servicio de la gente y no de la política".
Entre las principales políticas que impulsó el PRO desde que es oficialismo en la Capital, Macri mencionó la "apuesta por una educación de calidad", los centros de primera infancia, el Metrobús, la obra del canal Maldonado, la recuperación del Teatro Colón, los créditos para la primera casa, la importancia del uso de la bicicleta para el cuidado del medioambiente.
También mencionó el apoyo al emprendedorismo, las empresas radicadas en el Distrito Tecnológico, la revalorización del Sur, la mudanza de la sede del Gobierno a Parque Patricios, la urbanización de la ex villa 19, el comienzo de la separación de la basura domiciliaria, la infraestructura hospitalaria y la creación de la Policía Metropolitana.
Como desafíos a futuro, enumeró la necesidad "de integrar la ciudad al Área Metropolitana, disminuir la desigualdad y la pobreza" y "consolidar un sistema de salud metropolitano".
La parte con mayor sustancia política del discurso del jefe comunal, interrumpido 11 veces por aplausos de sus legisladores, llegó sobre el final, cuando en el último párrafo aseguró estar "listo para nuevos y más grandes desafíos".
"Quiero pedirles a todos que no bajemos los brazos, que sigamos trabajando, que demos el ejemplo. Acá tenemos una democracia viva y que crece. Estamos terminando una etapa con mucha paz y tranquilidad; quiero decirles que estamos listos para nuevos desafíos, listos para nuevos y más grandes desafíos", subrayó Macri en la octava y última intervención de este tipo durante su gestión.
En ese marco, Macri reclamó que el "Estado esté al servicio de la gente y no al servicio de la política" y pidió terminar "con las políticas que empiezan y terminan con cada gestión. Hay que pensar en la gente y no en nosotros", pidió.
Al respecto, sostuvo que su gestión deja "planes concretos para que puedan ser impulsados" por quien lo suceda en el cargo: "Queda el Plan Estratégico 2030 a disposición de quien ocupe este lugar", invitó.
Sin embargo, admitió que "las buenas intenciones no alcanzan para gobernar. Hace falta compromiso, aprendizaje, coraje y humildad. Gobernar es decir la verdad, un gobierno que no está atento a lo que piden los demás, mal puede transformar. Cuando cerramos el oído, también cerramos el corazón", consideró.
Durante su intervención, Macri agradeció a la oposición y a los vecinos y expresó que "más allá del partido" al que se pertenezca, "todos deberíamos llevar una camiseta que diga que todos los argentinos puedan vivir mejor. El futuro no lo vamos a heredar, hay que conquistarlo, hay que construirlo", enfatizó. A nivel personal, el funcionario confesó tener una "mezcla de alegría y nostalgia adelantada".
"Por un lado, la alegría de todos estos años de trabajo, ya que alcanzamos la mayoría de las metas y objetivos que nos habíamos propuesto, y por otro lado, un sentimiento de nostalgia adelantada, un sentimiento de pérdida porque empezamos a recorrer los últimos pasos de una etapa", señaló.