Luis Fernando Camacho, el dirigente cívico que encabezó el golpe de Estado en Bolivia, negó que haya acontecido tal interrupción inconstitucional del gobierno democrático de Evo Morales y aseguró que los bolivianos fueron humillados por 14 años, pero que ahora fueron "liberados".
Camacho se dirigió a la comunidad internacional para "agradecerles por su preocupación y solidaridad con el pueblo boliviano", pero advirtió que la preocupación generada por la denuncia de Morales sobre un golpe de Estado es infundada porque tal situación es "falsa".
El dirigente que encabezó las movilizaciones contra el presidente de Bolivia, así como el pedido de su renuncia, intentó explicar qué fue lo que hicieron desde el 20 de octubre, cuando los bolivianos votaron y reeligieron a Evo: "Nuestra posición fue bajo la resistencia pacífica en las calles pidiendo, en función de los tiempos, nuevas elecciones y una renuncia en función de la palabra que empeñó el presidente Morales sobre que si había muertos en su gobierno renunciaría".
Según detalló en un video subido a su cuenta oficial de Twitter "el mensaje del presidente Morales no corresponde a un golpe de Estado" y justificó su accionar al asegurar que lo único que hicieron "conjuntamente con el pueblo es llevar a una transición democrática, constitucional y por el bien del pueblo boliviano".
Camacho agregó: “No tumbamos gobiernos, liberamos un pueblo en fe. Solo se llevó una biblia a Palacio. Una biblia y una carta de renuncia en función de lo antes mencionado y a los 15 minutos renunció el Presidente”. En ese sentido, agregó que la gestión de Morales "renunció sin una bala por parte del pueblo, renunció solo con la fe puesta en Dios, con el pedido clamoroso del pueblo boliviano de llevar a nuestra nación a mejores días”.
El dirigente golpista hizo referencia al informe de la Organización de los Estados Americanos (OEA), donde se denunciaron graves irregularidades en la elección del 20 de octubre. Si bien el organismo no habló de fraude, Camacho lo hizo y aseguró que eso desató la furia de una parte del pueblo que apoyó la destitución anticonstitucional.
Para cerrar, concluyó: "Bolivia viene siendo humillada hace 14 años, y venimos siendo parte de esa humillación callados, no nos callaron más. Salimos a las calles pacífica pero valientemente".