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"Los subsidios fueron una herramienta clave para revertir ese cuadro dramático que dejaron las políticas neoliberales", enfatizó el funcionario desde Viena, Austria, donde participa de la 59º Conferencia General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
En un comunicado, De Vido destacó: "los subsidios a los servicios públicos han sido una política fundamental de redistribución para reducir drásticamente la pobreza desde 2003 y reabrir nuevas fuentes de trabajo". "Eso posibilitó llevar adelante el mayor plan de obras de infraestructura de la historia, que posibilitó el acceso de 10 millones de argentinos al gas, 14 millones al servicios eléctrico y 9 millones a agua potable y cloacas", remarcó el ministro.
Recordó que "el indicador general de consumo de servicios públicos se expandió un 230% (en los últimos 12 años) alcanzando de esta manera nuestro país el nivel de consumo per cápita más alto de la región, lo que indica en forma indiscutible una ostensible mejora en la calidad de vida".
En tal sentido, De Vido subrayó: "de esta manera queda demostrado que los subsidios son una inversión y no un gasto, y al igual que la obra pública, constituye una inversión estratégica que genera redistribución del ingreso, motoriza la industria y universaliza el acceso a los servicios, redundando un circulo virtuoso".
Por último, el ministro señaló que "en los 90, la Argentina tenía dolarizados los servicios públicos, con salarios congelados, creciente desocupación, nula competitividad industrial, retracción en el consumo y un autoabastecimiento energético ficticio, situación que provocó el colapso de 2001".