Los repudiables editoriales de Jonatan Viale para defender a Paolo Rocca y los despidos

El conductor realizó una bochornosa campaña de defensa de los despidos.

01 de abril, 2020 | 11.39

El periodista Jonatan Viale salió en defensa de Paolo Rocca y los empresarios que despiden trabajadores en medio del avance del coronavirus en Argentina y criticó al presidente Alberto Fernández por tildarlos de "miserables" con dos editoriales polémicos.

Luego de que Techint despidiera a 1450 trabajadores y encabezara la maniobra de las grandes empresas para deshacerse de su personal en medio de la crisis generada por el COVID-19, Viale salió a proteger a los empresarios y cuestionó la postura inflexible del Gobierno contra los  que quieren aprovechar la pandemia para sacar una tajada mayor. Mientras Fernández definió la prohibición de los despidos sin causa, el hijo de Mauro Viale edificó desde el pasado lunes una insólita defensa de los intererses patronales con dos columnas tituladas "Otra vez, la tentación anti-empresaria" y "Los Miserables".

En el primero, el conductor disparó: "Que fácil es caer en la tentación de pelearse con los enemigos poderosos. Nos gusta pelear con los empresarios, veníamos bien saltando la grieta, evitando peleas internas, veníamos bastante tranquilos. Sin embargo, apareció la serpiente ofreciéndole al Presidente morder la manzana prohibida".

En ese línea, el periodista consideró que el Gobierno busca "fabricar un enemigo poderoso, millonario y codicioso". Asimismo, sostuvo que Alberto tiene dos salidas: "la fácil es seguir procurando la unidad de los argentinos; o el atajo que es empezar a buscar enemigos internos, algo que solía hacer su vice".

"Ahogar la economía para cuidar a la salud no es gratis. No podemos tolerar una cuarentena sin costos, toda la población económicamente activa está encerrada en sus casas y la cadena de pagos está rota", argumentó el presentador, quien además cuestionó que "si hay más de 5 millones de personas que pueden perder su laburo porque el país está parado llamar 'miserables' a los empresarios es una salida fácil, es para la tribuna".  "Nadie quiere despidos, pero tampoco ilusionismo. No es momento de pelearse con los actores que generan laburo genuino", defendió sin tapujos. 

Por su parte, en el editorial del martes, Viale mantuvo el tono escandaloso en defensa del CEO de Techint y se apropió de los cacerolazos que reclaman la baja del sueldo de los políticos. Esta vez comenzó su programa con una explicación del argumento de la novela Los Miserables para disparar desde allí contra el Gobierno. "Juan va a entablar una larguísima pelea consigo mismo para ser o no ser un miserable. Esa es la gran discusión que tiene que tener consigo mismo el presidente de la Nación ¿Es momento de pelear o de pacificar? ¿Es momento de dividir y usar palabras feas o de unir? ¿Es momento de decirles 'miserables' a los que no piensan como él?", apuntó.

Y subrayó: "El Presidente había encontrado en la pandemia la gran oportunidad para tomar distancia de los extremisatas, de su vicepresidenta también. Encontró en esa guerra la mística que todavía no había encontrado. Una palabra de más rompe todo, es una bomba de tiempo. La palabra de más fue 'miserable', a mucha gente no le gustó se sintió atacada".

Según él, los cacerolazos pusieron en cuestión "¿Quién es el verdadero miserable?". "El mensaje fue por qué no empiezan ustedes los políticos a dar un mensaje de austeridad en lugar de decirme miserable a mí", aseguró.

Enseguida, mostró placas con los salarios que cobran los asesores de los diputados y los senadores y cuestionó tanto la cantidad de colaborades que tienen los legisladores como el monto que cobran por sus funciones. Y luego intentó cambiar la dirección del discurso del jefe de Estado para incluir a las Pymes en el mismo grupo que las grandes empresas a las que llamó "miserables".

"Lo único que está pidiendo ese sector es que no le falten el respeto, no lo agredan, que no le digan miserable. Y lo único que está diciendo es que está en contra de toda esta locura de la agresión, está contra las cuerdas y necesita que el esfuerzo sea compartido y que también lo haga el sector público", concluyó.