Los rugbiers detenidos por el crimen en Villa Gesell podrían quedar en prisión preventiva

El Servicio Penitenciario recibió la orden de traslado y aguardan a encontrar un penal con espacio para albergarlos.

21 de enero, 2020 | 20.08

Los rugbiers acusados de matar a golpes a Fernando Báez Sosa podrían ir a prisión en los próximos días. Actualmente están detenidos en la Comisaría 2° de Villa Gesell y en la 1° de Pinamar, pero el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) recibió la orden de traslado y recepción del juzgado de garantías que interviene en el caso para admitirlos en un penal.

Según pubicó Infobae, aún no se efectivizó el pedido de prisión, pero el SPB sí recibió la orden. La unidad de Dolores es la más cercana pero, informaron, no hay lugar. Como ya contó El Destape, el sistema penitenciario de la provincia está en "crisis humanitaria" con superpoblación en las cárceles.

Si bien se espera que los 11 acusados vayan a prisión, falta el lugar que los albergue. Sin embargo, su detención no implicará un cambio de la acusación en su contra por homicidio agravado. Hay dos jóvenes señalados por ser autores materiales del crimen y otros nueve como partícipes necesarios.

Una testigo del asesinato de Fernando Báez Sosa reveló la arenga del grupo de rugbiers para seguir golpeando al joven hasta matarlo a la salida de un boliche, en Villa Gesell. "Dale que lo matás, vos podés", dijo Tatiana, testigo del hecho, sobre el aliento que se dieron los jugadores en plena golpiza. El episodio ocurrió cerca de las cinco y media de la mañana, según relató la joven que lo pudo ver porque salió del boliche en ese momento.

Tatiana contó que "Fernando estaba sentado, rodeado de sus amigos" cuando aparecieron "estos chicos y empezaron a pegarles de la nada". De hecho, los calificó como "una máquina de golpear, no les importó nada".

La joven describió que había "pibes inconscientes gritando 'pegale, dale, lo vas a matar, dale que vos podés'". Incluso, reveló, un chico de camisa blanca les gritó que se lleven a Fernando "de trofeo". Ese fue el momento en que "uno de los que le pegaba le dio la última patada en el piso", para después no levantarse más.

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