Los números oficiales de intercambio comercial entre la Argentina e Irán muestran que la denuncia realizada por el fiscal Alberto Nisman no se sostiene en los datos duros, ya que el techo tuvo lugar en 2010 y desde ese momento los negocios entre ambos países disminuyó.
El flujo comercial comenzó a tener un peso mayor a los mil millones de dólares en 2007 y tocó su techo en 2010 (U$S 1.500 millones), momento desde el que comenzó a decaer con un breve pico de U$S 1.202 millones de dólares en 2013.
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En tanto, en 2014 el comercio volvió a desplomarse, alcanzando hacia el tercer trimestre la mitad del récord de 2010, es decir uno U$S 718 millones. Teniendo en cuenta los volúmenes de comercio hasta 2013 (por el momento 2014 presenta datos sólo hasta septiembre), el volumen de comercio se redujo desde el año 2010 (previo a la firma del acuerdo), hasta el 2013 (posterior a la firma) en un 19%. Asimismo las exportaciones se redujeron un 17%, las importaciones un 99.71% (casi inexistentes) y el superávit comercial bilateral se contrajo un 16%.
El mismo comportamiento anual descripto anteriormente, se reitera para el análisis de los primeros 3 trimestres de cada año. Luego del récord de intercambio de 2010 de casi 1.500 millones de dólares, para 2014 (en igual período) esta cifra alcanza a menos de la mitad (-51%) llegando a los 718 millones de dólares.
Asimismo durante estos 3 trimestres de 2014, el volumen de comercio no supera el de 2012 (año previo a la firma del acuerdo) y es incluso menor al de 2013, por lo que se descarta enfática y empíricamente un supuesto pacto por el cual Argentina accediera firmar el acuerdo para promover sus exportaciones o incrementar el intercambio comercial.
De esta forma se complica la teoría del fiscal Nisman, quien señaló que el entendimiento entre los países supuestamente cambiaba impunidad por beneficios comerciales. "Este acercamiento, que en sí mismo nada tiene de ilegal y está fuera de cuestionamiento, fue considerado inviable mientras subsistiera la acusación efectuada por la justicia argentina en la causa AMIA contra los ex jerarcas del régimen iraní. Entonces, para despejar el obstáculo, y he aquí lo delictivo, la Sra. Presidente ordenó desviar la investigación, abandonó años de un legítimo reclamo de justicia y buscó librar de toda sospecha a los imputados iraníes, contradiciendo su probada vinculación con el atentado. Decidió fabricar 'la inocencia de Irán'", sostiene la denuncia.