Los docentes ya habían alertado al gobierno de la Provincia de Buenos Aires por la crisis edilicia que sufrían las escuelas. La última advertencia para que resuelva el problema había sido tres meses antes de la explosión en el colegio de Moreno.
El 2 de mayo, el Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB) le entregó una carta a la mandataria provincial, donde enumeró todos las dificultades que atraviesa el sistema educativo. El primero de la lista fue el “urgente tratamiento de la infraestructura edilicia”.
“Hay graves deficiencias edilicias, falta de refacciones, construcciones de aulas y edificios escolares, obras paralizadas desde el inicio de su gestión, que produjeron que miles de niños iniciaran el ciclo lectivo a fines de abril, funcionando con turnos alternados, reducidos o en espacios no aptos para la tarea educativa. Otros miles lo iniciaron en condiciones precarias”, detallaron los sindicatos.
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Además, exigieron la resolución inmediata de la falta de cargos docentes, el cierre de cursos y escuelas, la salud laboral y problemas de licencias médicas, además de la paritaria salarial, que Vidal se niega a negociar desde el comienzo del año. En las siete negociaciones, la gobernadora ofertó siempre sólo un 15% de aumento remunerativo, mientras que las consultoras afines al Gobierno estimaron ya una inflación del 31,8% para este año.
Esta no fue la primera vez que los docentes le reclamaron a Cambiemos por la crisis educativa bonaerense. En julio de 2016, SUTEBA había exigido más fondos para financiar obras en el de Moreno junto al secretario general del municipio, Pablo Díaz.
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