La Argentina registró el sábado 55 nuevos contagios por coronavirus y sumó casi la mitad de infectados que el día anterior, además de tres días consecutivos por debajo de la marca máxima hasta el momento. La transmisión del virus crece por debajo de las proyecciones matemáticas.
Los primeros efectos de las medidas de prevención y combate contra el COVID-19 implementadas por la Argentina comienzan a generar buenos augurios en el país. Si bien es verdad que todavía no se alcanzó el pico de infectados, que el ministro de Salud, Ginés González García, corrió hacia principios de mayo, algunos indicadores traen esperanzas y generan confianza en las decisiones tomadas por el Gobierno.
Desde que el pasado miércoles 23 de marzo se registraron 118 casos positivos, nuestro país acumula tres días consecutivos por debajo de la, hasta ahora, mayor cifra de contagios en un día. El jueves se registraron 86 casos, el viernes 101 y el sábado 55, número que representó una sensible baja con respecto al día anterior.
"Estamos con menos casos que los que pensábamos en las hipótesis que iba a haber a esta altura de la evolución", aseguró González García en declaraciones a Radio Rivadavia. El funcionario consideró que eso se debe a "una colaboración extraordinaria del pueblo argentino, aunque siempre hay algunos que transgreden".
Los efectos totales de la cuarentena se verán "recién después del 31 de marzo", de acuerdo con lo que dijo el ministro días atrás. Dependerá de que se pueda "analizar si se mantiene una curva de casos bien aplanada". En ese sentido, la tasa de contagiados crece por debajo del cálculo trazado por el matemático cordobés Daniel Penazzi, quien trazó una función de crecimiento exponencial de los casos ajustada a los datos previos al inicio de la cuarentena.
"Lo único que tiene que hacer uno es evitar que venga todo de golpe para que no nos pase por encima como le pasó a muchos países del mundo. La estrategia siempre es la misma, es ganar tiempo", resaltó González García.