Tensión, violencia y enfrentamientos se viven este miércoles 1 de mayo en las calles de París y las principales ciudades de Francia.
Los denominados “chalecos amarillos” y grupos anarquistas salieron a la calle para volver a desafiar al gobierno del Presidente Emmanuel Macron y chocaron con los efectivos policiales: hay corridas, gases lacrimógenos y diferentes hechos de violencia en la capital francesa.
Las autoridades esperaban 100 mil manifestantes por lo que se dispuso un operativo con 8000 agentes.
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En un ambiente tenso, policías recurrieron a granadas de dispersión sting y lacrimógenas contra los alborotadores en el sur de la capital francesa. Algunos manifestantes les respondían lanzándoles proyectiles. Al menos un civil resultó herido en la cabeza, según constató la agencia AFP.
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Las tradicionales marchas del 1 de mayo en París, habitualmente pacíficas y dedicadas a las reivindicaciones salariales, se llevan a cabo este miércoles bajo fuertes medidas de seguridad ante el riesgo de incidentes por parte de manifestantes radicales.
Más de 7.400 policías y gendarmes están desplegados en la capital francesa para las manifestaciones, donde se cree que habrá de "1.000 a 2.000 activistas radicales", según el ministro del Interior, Christophe Castaner.
El presidente Emmanuel Macron reclamó el martes que la respuesta a estos "black blocs" –militantes anticapitalistas y antifascistas vestidos de negro y con la cara cubierta– sea "extremadamente firme" en caso de violencia, tras los llamados en las redes sociales a transformar París en la "capital de los disturbios".
El año pasado, 1.200 militantes radicales empañaron la manifestación parisina con violentos altercados: comercios vandalizados o incendiados, vehículos quemados…