Días antes de implementar el cepo, el Gobierno prohibió el reparto de ganancias de los bancos. La restricción la determinó luego de que estas entidades enganchen la sangría de dólares, el problema estructural que el macrismo agravó a lo largo de su gestión. En los primeros siete meses de este año, las financieras fugaron a través de envíos de utilidades al exterior U$S 441 millones.
En 2018, los bancos giraron U$S 119 millones, en 2017 U$S 231 millones y en el primer año de Macri U$S 383 millones, de acuerdo a la reconstrucción del Observatorio de Economía Política del Centro Cultural de la Cooperación. Colaboraron así con la salida total de U$S 1.174 millones entre el 1 de enero de 2016 al 31 de julio de 2019.
En el último año del kirchnernerismo se habían ido por esta vía sólo U$S 48 millones. En la última gestión de Cristina Kirchner habían enviado U$S 283 millones.
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En 2011, antes del primer "cepo", las entidades financieras y cambiarias habían girado U$S 410 millones, que sumadas a los U$S 371 millones de 2010 habían golpeado a las reservas. En 2009 esto no había sido un problema, ya que se habían llevado sólo U$S 54 millones, y U$S 108 millones en 2008.
En la administración de Néstor Kirchner habían distribuido al exterior nada más U$S 88 millones. Durante 2003 distribuyeron U$S 2 millones.
Con la Comunicación A 6430 del 30 de agosto, el Banco Central dispuso que las entidades financieras “deberán contar con la autorización previa del BCRA para la distribución de sus resultados. En dicho proceso de autorización, la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias tendrá en cuenta, entre otros elementos, los potenciales efectos de la aplicación de las normas internacionales de contabilidad”. Por lo tanto, no sólo les restringe la remisión de las utilidades al exterior, sino también dentro del país.
Más de la mitad de las ganancias del sistema financiero provienen de siete bancos privados, según los propios balances de los bancos revisador por El Destape. Entre 2016 y junio de 2019, el Banco Macro ganó $ 46.709 millones; el Banco Galicia $ 44.709 millones, el Santander Río $ 33.626 millones; el BBVA Banco Francés $ 30.348; el Patagonia $ 18.707 millones; el ICBC $ 16.599 millones; y el HSBC $ 13.729 millones.
Tomar deuda en pesos para comprar dólares
Pocos días antes de esta medida, la autoridad monetaria que preside Guido Sandleris les prohibió a las grandes exportadoras tomar créditos en moneda local por más de $ 1.500 millones. Sin embargo, lo implementó recién después de que un puñado de cerealeras se apalancaran de esta forma para dolarizarse. Fuentes del sector deslizaron a El Destape que en las dos primeras semanas posteriores a las PASO las trasnacionales más grandes se endeudaron por miles de millones en pesos para comprar divisas, lo que colaboró en la corrida cambiaria que llevó la cotización de $ 46,20 a los $ 63 del miércoles, aunque después recortó levemente su precio.
Por resultar insuficiente para contener la fuga de capitales, Mauricio Macri aplicó un cepo cambiario el domingo pasado, con un techo de U$S 10.000 por mes para individuos y la restricción total para las empresas de adquirir billetes extranjeros para atesoramiento. Ahora las miradas se enfocan en el directorio del FMI, que debe determinar si avala el siguiente giro a la Argentina, de U$S 5.400 millones, ya que si lo envían se licuará en el mercado financiero en cuestión de semanas y, si deciden dejar de apoyar a Cambiemos puede resultar complejo conseguir los fondos necesarios para hacer frente a las obligaciones que quedan hasta fin de año.
Los delegados del organismo multilateral habían demostrado en su visita su enojo a las gestiones de la ex titular Christine Lagard y del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que lo dejaron comprometido con un acuerdo de U$S 57.000 millones, el más grande en su historia, para un gobierno que usó ese dinero para la fuga, disparó la inflación y hundió a la actividad en una profunda recesión.
Otras alternativas
Una tercera opción que puede resolver la situación que puede sacar al Fondo entre la espada y la pared sería que acrediten la siguiente suma en una cuenta encapsulada que opera como fideicomiso para pago de deuda dentro del BCRA y que Macri no pueda darle uso para ningún destino diferente a ese.
La gira de Alberto Fernández por Europa puede también cosechar la colaboración de otras entidades que le entreguen préstamos de tasa blanda para hacer frente a sus primeros años de administración, en caso de que gane las elecciones generales. El Instituto de Crédito Oficial (ICO), por ejemplo, es un banco público español que ya le dio en 2017 un crédito por 25 millones de euros al Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) para financiar a empresas argentinas que adquieran bienes de capital y equipamiento tecnológico de origen español. Un apoyo a un nuevo gobierno no está descartado y le entregaría un oxígeno necesario para reactivar la economía y así solucionar el endeudamiento de U$S 130.000 millones que generó Macri en sólo cuatro años.