La emergencia sanitaria provocada por el coronavirus y su consiguiente aislamiento social llevó a reconocer las actividades de quienes salen todos los días para atender a los contagiados, proveer alimentos y servicios esenciales, así como el rol del comedor popular, un actor fundamental en los barrios más vulnerables. Actualmente, hay más de 8.000 espacios en los que las personas pueden encontrar un plato de comida todos los días.
Los comedores y merenderos proveen de alimentos en este delicado contexto y lo hacen cuidando las medidas de higiene necesarias para evitar contagios: se limpia con lavandina, se usan guantes, barbijos y alcohol mientras muchas unidades productivas comenzaron a realizarlos de forma gratuita para autoabastecerse y donarlos a instituciones públicas.
El diputado nacional Leonardo Grosso aseguró que "hay miles de mujeres anónimas sosteniendo merenderos y comedores en todo el país porque la demanda continúa" y destacó su trabajo, ya que "están entregando dos y hasta tres viandas por día a familias que no tienen para comer".
Por eso, remarcó que las organizaciones sociales están haciendo lo posible "para continuar la elaboración y entrega de comida, reparando hospitales y reacondicionado espacios para luchar contra esta pandemia" y enfatizó que en esas organizaciones hay "miles de héroes y heroínas anónimas que se están cuidando para cuidar a otros".
Según un relevamiento de la Campaña Comer Bien, hecho el primer trimestre de 2019 en base a 1000 comedores analizados, la mayoría de estas organizaciones funciona en espacios reducidos y no tienen la infraestructura necesaria para atender a la demanda, por lo que el 88,4% alimentan entre una y 100 personas y sólo el 11,6% lo hace con más de 101 de forma diaria. Sin embargo, las organizaciones analizadas dieron de comer, en conjunto, a 56 mil personas todos los días.
En casi el 75% de los merenderos y comedores trabajan entre una y 10 personas, en el 18,9% lo hacen hasta 20 y sólo en el 6,7% hay más de 20 personas. Eso se explica por la falta de infraestructura y recursos, pero también por el hecho de no percibir una remuneración ni reconocimiento estatal por las tareas realizadas ya que no sólo dan alimentos, sino que también brindan otras actividades, en su mayoría relacionadas con la educación.
Teniendo en cuenta esas tareas, Grosso usó sus redes sociales para reivindicar su trabajo: "En esta emergencia sanitaria, las que tampoco pueden quedarse en sus casas son las compañeras de los movimientos sociales que atienden comedores y merenderos, porque le dan de comer a miles de familias. Por eso, además de agradecerles, queremos cuidarlas e hicimos este instructivo para que tomen las mejores medidas sanitarias posibles. Como dijo ayer @alferdez: acá nadie se salva sólo, y ellas lo saben. Gracias, compañeras".
Además, agregó que "lxs trabajadorxs de la economía popular y todo nuestro movimiento mantiene en pie la tarea social y organizativa porque los comedores no pueden cerrar. Tomamos las medidas sanitarias necesarias para evitar el contagio de covid19 incluso en comedores y merenderos" y remarcó que "la emergencia social no terminó sino que empeoró en este contexto. Desde nuestra organización, vamos a hacer todo lo que tengamos a nuestro alcance, con el amor que nos caracteriza siempre".