La diputada nacional por Cambiemos Elisa Carrió hizo un particular análisis sobre la causa de los cuadernos del chofer Oscar Centeno, que involucran a varios empresarios por coimas. En este sentido, recordó una anécdota de cuando casi va presa en 2004 por acusar de “cajero” de la campaña presidencial de Néstor Kirchner a Julio De Vido.
“Me andaban retando y después terminaron todos arrepentidos. Hablaban mal de mí, ‘esta irresponsable, esta loca’, ¿y cómo ahora están arrepentidos?”, le preguntó Carrió al periodista Joaquín Morales Solá en su programa Desde El Llano, mientras le guiñaba el ojo, en referencia a empresarios como Eduardo Eurnekian y Paolo Rocca.
A Morales Solá le remarcó sobre sus dichos respecto a De Vido: “¿Quién tenía razón, ellos o yo? Se los dije con todas las letras en el 2004. ¡Vos me defendiste, qué divino! Yo, para desdramatizar, porque no me preocupaba ir a la cárcel, dije ‘voy a ir a verla a Giselle Rímolo, así me cuenta la historia con Soldán’, porque yo tenía que hacer algo en la cárcel”.
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Por otro lado, le pidió a la sociedad que “acompañe” al Gobierno y se quejó por los cambios en el Gabinete Nacional, por los cuales se dejó afuera a Mario Quintana y a Gustavo Lopetegui de sus cargos bajo el ala de Marcos Peña.
“Sacaron a dos tipos inteligentes. ¿Con quién voy a hablar, con los Granaderos? Si yo hablaba con Quintana y Lopetegui. Tipos brillantes. Hay que tener sesos. Sacaron a los dos tipos inteligentes, a los tipos con los que se podía hablar, que tenían cultura, experiencia. ¿Cómo le sacan esos hombres al Presidente?”, cuestionó, sugiriendo que el resto del Gabinete no tiene ninguna de esas características.