La inflación y la devaluación llevaron a los argentinos a perder referencia sobre los precios de los bienes y servicios y hay quienes se aprovecharon de la situación. Tal es el caso de un grupo de amigos que se quejó porque les cobraron $3450 por una picada para cuatro personas y la dueña les respondió de la forma menos pensada.
La increíble e indignante situación se viralizó a través de las redes y cobró una notoriedad impensada que desembocó en un hecho aún más insólito. Todo sucedió en Carlos Paz, donde cuatro amigos pidieron una picada en un bar y la cuenta fue demasiado abultada. La bronca llevó a una de las comensales a publicar el ticket y fotos de la comida en Instagram para quejarse de la situación.
El desglose de la cuenta es impactante: La picada para cuatro costó $2050, dos limonadas $600, un chop a $300. Pero el valor más insólito fue el de $500 por un fernet. "Decidimos comer algo rápido, una picada. Eran platitos de café con jamón, queso, aceitunas, maní y algo más de papas fritas. Cometimos el error de no insistir, supusimos que saldría algo más que en la ciudad de Córdoba pero no esta barbaridad. Sabemos que en Carlos Paz hay muchísimos lugares que trabajan muy bien y con otros precios; la idea no es criticar a la villa a la que amo y recomiendo. Es advertir que no hay que estar tan relajados, que hay que prestar más atención", le dijo la joven a La Nación.
No obstante, la cuestión no terminó allí, ya que la dueña del local utilizó su cuenta de Facebook para responderles. "Chicos, cuando se sienten a comer a algún lugar pidan la carta o pregunten precios si no les alcanza, o lo que sea se levantan y se van, no se sienten a comer los no sé qué y cuando llega la cuenta te agarrás la cabeza”, disparó.
Y enfatizó: "Plena 9 de Julio en la vereda peatonal de Villa Carlos Paz. No sé qué pretenden... Sigan hablando, sigan escrachando, que yo ya estoy preparando las vacaciones para marzo. Nos vemos, barats”.
El parafraseo a Alexander Caniggia, quien popularizó el neologismo 'barat' terminó de redondear un cuadro tan lisérgico como indignante.