El emporio azucarero Ledesma envió a los trabajadores un comunicado interno donde justifica la decisión de la firma de enviarlos a las plantas de producción pese a que rige en Argentina una cuarentena obligatoria para evitar que se propague el coronavirus. El secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma (SOEAIL), Rafael Vargas, denuncia que la empresa hace trabajar a personas mayores de 60 años y a personal con enfermedades crónicas.
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"Informamos que Ledesma SAAI cumple con las disposiciones de la Resolución 2020-207-APN-MT y también con los lineamientos que brinda el Sr. Presidente de la Nación que en el día de la fecha se sumó a la campaña #Noesporvosesportodos que impulsa el periodista Ernesto Tenembaum en Radio con Vos", afirmó el comunicado de la empresa.
Mediante una carta documento enviada el 18 de marzo, Vargas había intimado a la empresa Ledesma a que dejen de obligar a trabajar a personas mayores de 60 años o con problemas de enfermedades crónicas.
Además pidió que el departamento de Medicina Laboral “deje de poner obstáculos y trabas a todos los trabajadores con enfermedades crónicas y que son de riesgo”. Y solicitó que haya medidas sanitarias en los colectivos que transportan a los empleados a la planta. “Hago responsables de todo daño que su ilegítimo, imprudente, arbitrario e ilegal proceder le ocasionen a los trabajadores que represento”, advirtió.
En junio, para la zafra, llegan a ser más de 4000 trabajadores. En esta época de receso unos 2800. Los mayores de 60 años son casi 400, y realizan todo tipo de tareas en la fábrica y el campo, desde mantenimiento, riego de cañas y preparación de caminos.
El decreto de necesidad y urgencia 297/20 dispone la excepción del aislamiento social, preventivo y obligatoria a quienes trabajen en actividades de prestaciones esenciales, como las “industrias de alimentación, su cadena productiva e insumos; de higiene personal y limpieza; de equipamiento médico, medicamentos, vacunas y otros insumos sanitarios”.
En lugar de disponer guardias mínimas, los ingenios azucareros ordenaron la asistencia de la totalidad de los trabajadores, sin considerar las recomendaciones sanitarias ni el aislamiento de los grupos de riesgo, vulnerables ante la posibilidad de contagiarse el virus.