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Con el impulso de Azucena Villaflor de De Vincenti, un grupo de madres de desaparecidos decidieron ese día unirse en el dolor y movilizarse hasta la Casa de Gobierno para preguntarle a Jorge Rafael Videla dónde estaban sus hijos secuestrados. Habían sido inútiles los intentos en los juzgados, comisarías, ministerios e iglesias.
Así fue como Azucena, Berta Braverman, Haydée García Buelas, María Adela Gard de Antokoletz, Julia Gard, María Mercedes Gard y Cándida Gard, Delicia González, Pepa García de Noia, Mirta Baravalle, Kety Neuhaus, Raquel Arcushin, Elida de Caimi, una joven que no dio su nombre, María Ponce de Bianco y Rosa Contreras, se encontraron un sábado sin saber que serían protagonistas de un fenómeno inédito en la historia contemporánea.
La misma marcha, 38 años después
"El futuro se basa en la historia, en la memoria, porque así se hace una Patria, un país", resaltó Hebe de Bonafini, titular de las Madres al llegar a la Plaza esta tarde, como cada jueves, y fue recibida al grito de "Madres de la Plaza, el Pueblo las abraza".
Después de marchar alrededor de la Pirámide, Bonafini recordó que las marchas comenzaron en plena dictadura militar "cuando estando en la iglesia Stella Maris donde estaba un obispo que sabía todo –cuándo los torturaban, si iban a aparecer o no– dijo: 'Basta, no vengamos más acá. Vayamos a la Plaza de Mayo y llevemos una carta al Presidente'. Ésa fue la creación y al poco tiempo fue la convocatoria para el 30 de abril".
Además, sostuvo que fueron "consecuentes 38 años" y agregó: "Hay gente que tiene 20 y hace 38 años que venimos todos los jueves, no lo pueden creer".
Durante la tarde hubo actividades y un recital popular para convocar a que más gente se sume a la tradicional rond. "Terminaremos el día abrazadas con ustedes y nuestros hijos, agradeciéndole a la vida", añadió Hebe .
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