Estados Unidos sigue subestimando a la pandemia del coronavirus y podría asentar las bases para un rebrote aún más fuerte durante mayo y junio, ante la serie de medidas erradas que se están tomando en las últimas horas.
Mientras los casos crecen diariamente, el enfoque del Presidente Donald Trump se encuentra en reactivar la economía, que pasó de registrar el nivel de desempleo más bajo en décadas a sufrir una alza nunca antes vista que lo llevó de 3,5% en febrero a 4,4% en marzo (alrededor de 22 millones de personas más).
Al tratarse de un país con estados autónomos, cada jurisdicción es la que decide cómo se da la cuarentena allí. En Nueva York, la ciudad más golpeada, aplicó un cese total de actividades y ordenó el confinamiento obligatorio y, pese a que la cantidad de muertes y hospitalizaciones es muy alta (474 en 24hs y 15 mil pacientes internados), comienza a mostrar señales de descenso en su número.
El gobernador Andrew Cuomo indicó que la tendencia de fallecimientos "parece estar en un leve descenso", en el estado de EEUU más afectado por el virus. Es el tercer día seguido por debajo de las 500 muertes, y un descenso de siete víctimas con respecto al balance del martes, lo que lo alentó días atrás a prolongar la cuarentena por otras dos semanas.
Algo totalmente opuesto ocurre en Florida. Se trata del estado con mayor número de jubilados y pese al gran impacto que tuvo el coronavirus, el martes reabrió sus playas. El resultado fue evidente: miles de personas asistieron sin las medidas de protección adecuada.
No es el único autoboicot en el país del norte. En Las Vegas, la alcaldesa aseguró que pretenden reactivar los casinos con "distanciamiento social". Sin embargo, ante la consulta de la prensa, aseguró que desde el gobierno no se encargarán de planificar los protocolos de seguridad y que esa responsabilidad está en mano de los dueños de los hoteles privados.
En esa misma línea, Georgia pretende darle luz verde en las próximas 24 horas a los gimnasios, peluquería y pistas de bowling.
El presidente Donald Trump es el principal impulsor de la reapertura, y ha logrado fogonear masivas protestas en las últimas horas alrededor de todo Estados Unidos, donde cientas de personas sin protección aseguran que el coronavirus es "comunista" o que "cortarse el pelo es un servicio esencial".