Tras las salidas de Francisco Cabrera , Juan José Aranguren y Federico Sturzenegger, el Presidente Mauricio Macri se covnenció de que, por lo menos en el corto plazo, no quiere más cambios en el Gabinete de Ministros.
Según asegura el diario La Nación, pese a las insistencias del "grupo de los cincos", que integra María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, Rogelio Frigerio, Emilio Monzó, no fueron suficientes para convencerlo al primer mandatario y al jefe de Gabinete, Marcos Peña. "La renovación del equipo, al menos en esta etapa, se terminó", asegura el diario.
Macri tiene cuatro razones que explican su decisión:
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1) No quiere una parálisis de la gestión. Los tres cambios fueron de alto impacto para el esquema de Macri: "Él habla ese idioma y le gusta su forma de gestionar", aseguró un integrante de la mesa chica. Si los cambios se profundizaran, estarían tres meses paralizados en los movimientos que implicarían.
2) Es un falso ahorro. Para el Presidente eliminar ministerios no hace más que generar un ahorro mínimo en conceptos burocráticos y de sueldos de personal jerárquico: "Hay mucho de lo chico y poco de lo grande para recortar en los ministerios", admitió un integrante del gabinete nacional.
3) Para transmitirle intranquilidad al resto de Gabinete, ya que varios se pusieron nerviosos con las repentinas modificaciones, sumado a que con ya dos años en los cargos, sería arriesgado a poner funcionarios desde 0.
4) Macri quiere fortalecer el tridente político que mantiene con Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, que fue duramente cuestionado con las turbulencias cambiarias. Pese a haberle dado más poder al ministro Nicolás Dujovne, el Presidente quiere de mostrar que la gestión sigue pasando por su mesa chica: "Escucho a todos, pero el que decide soy yo", repite el Presidente en la soledad del poder.
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