Pese a que el Gobierno lo niega, quiere imponer una reforma laboral. La estrategia que maneja incluye ponerle un techo para los salarios, la baja de los aportes patronales y la revisión de compensaciones extraordinarias.
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, insistirá en que las paritarias del año próximo cierren por debajo de los aumentos de precios, que estima en el 15,7%, según el Presupuesto 2018. Así los trabajadores volverán a perder poder de compra. Si bien algunos sindicatos conseguirán colocar una cláusula gatillo, el elevado desempleo dificulta que se aplique la nueva variación.
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Además, pretende que las empresas disminuyan los aportes para las obras sociales gremio por gremio. Esto tiene un doble efecto, porque además de significar menos gasto corporativo, desfinancia a las prestadoras de salud.
Triaca considera limitar o eliminar el pago por antigüedad, junto al pago de las horas extra y algunas compensaciones extraordinarias, con lo que descenderá todavía más el salario real de los trabajadores.