Durante la apertura de los Juegos Olímpicos de la Juventud que tuvo como sede a la Ciudad de Buenos Aires, a cargo del jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, los retratos de Eva Perón que decoran la fachada del Ministerio de Desarrollo Social se mantuvieron apagados, lo que generó una fuerte indignación en las redes. En ese estado se encuentran desde fines de 2015, cuando asumió el presidente, Mauricio Macri.
Si bien la ceremonia inaugural pretendió mostrar ciertos símbolos patriotas y nacionalistas, la ausencia de Evita se hizo notar. Es que, mientras la actriz y cantante Ángela Torres interpretaba el himno y un acróbata que flameaba la bandera argentina sobre los lados de un Obelisco iluminado de celeste y blanco, el mural de la esposa de Juan Domingo Perón que da a la 9 de Julio se mantenía en las sombras.
Lo llamativo no es sólo que se mantuvo apagado uno de los símbolos históricos más significativos del centro porteño, sino que, de manera deliberada, se iluminaron en celeste y blanco sólo las franjas que están justo por arriba y por debajo de la imagen de Eva, evitando que su rostro se destaque.
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Los retratos, de los artistas Alejandro Marmo y Daniel Santoro, son dos: uno, “Eva de los humildes”, está en la fachada sur, que mira hacia el partido de Avellaneda, desde donde cruzaron el Riachuelo los “cabecitas negras” el 17 de octubre de 1945 para reclamar la liberación de Perón. La imagen en acero la muestra sonriente.
El otro es el más icónico: “Eva” mira hacia la fachada norte, para el lado de Recoleta y las zonas más pudientes de la Ciudad, de frente a la 9 de Julio, la avenida más importante del país. En este caso la imagen apacible de Evita desaparece, y se la puede ver gritando enervada con un micrófono en su mano.
Éste mural solía estar iluminado de forma tal que se formaba una bandera argentina con los colores blanco y celeste, mientras que Eva resaltaba en violeta. El 10 de diciembre de 2015 el Ministerio de Desarrollo Social ordenó apagar las luces; sin embargo, en septiembre de 2016 Evita volvió a brillar cuando los trabajadores y trabajadoras de Luz y Fuerza instalaron un proyector desde su edificio, en frente, que la iluminaba.
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