Se reunieron actrices, tomaron la voz, leyeron un documento y pasaron un video. Thelma Fardín denunció a Juan Darthés por violación. Si, violación cuando ella tenía sólo 16 años. Después de eso se destapó la olla y empezamos a escuchar más violaciones, abusos y acosos. También vimos a muchos varones indignarse y enojarse por esta situación. Muchos varones que hasta hace pocos días ponían en duda la denuncia de Calu Rivero. Pero vimos a un varón (con mucho poder) referirse al tema. Lo vimos al presidente Mauricio Macri publicando que: “Por respeto a la denuncia de Thelma Fardin contra Juan Darthes resolvimos levantar de estas redes un spot publicado contra la violencia de género del que el acusado formaba parte. El compromiso es trabajar para erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres.”
Cierra esos tweets con “erradicar todas formas de violencia” ¿En serio? La violencia contra las mujeres no es solo a través de abusos, de acosos, de violaciones. Es también, y fundamentalmente, económica. Las mujeres somos las que menos acceso tenemos a cargos ejecutivos, las que menos dinero cobramos y las más pobres. La administración del Gobierno actual tiene mucho que ver con esto.
El ajuste en las mujeres
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Las diferencias laborales y salariales entre varones y mujeres son constantes pero cuando la decisión política es ajustar, las principales perjudicadas somos las mujeres. El primer motivo es que estamos sobre-representadas en los trabajos peores pagos. Esto significa que somos mayoría en esas laborales, lo que se conoce como piso pegajoso. Y el segundo se debe a que las mujeres estamos sub-representadas en los mejores pagos, que se denomina techo de cristal.
Las mujeres percibimos un 27% de ingresos laborales más bajos que los varones, según detalló un informe de Cepa sobre el impacto del ajuste en las mujeres.
En este sentido es que desde CEPA indicaron que el fenómeno de la brecha de ingresos como problemática social no encuentra su causa principal en la discriminación sufrida por las mujeres al realizar la misma tarea que los varones en sus lugares de trabajo, sino que está asociada a que varones y mujeres estamos desigualmente insertos en las porciones de la población que reciben mejores y peores ingresos respectivamente.
Cuando las condiciones laborales empeoran, empeoran las condiciones para las más perjudicadas. El aumento histórico de la pobreza, por ejemplo, es también más perjudicial para mujeres. Según el Observatorio de la Universidad Católica (UCA) hay un 33,6% de hogares pobres en nuestro país y la mayoría de eso hogares pobres con menores a cargo son monoparentales y tienen jefatura femenina.
Como señaló la antropóloga Rita Segato, la violencia contra las mujeres es el fundamento de todas las jerarquías, de todas las desigualdades, del robo del prestigio, de valor y de poder.
Tres años de Macri
Según el último informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) en los últimos tres años de Gobierno, el salario promedio pasó de $15.809 en 2015 a $32.776 en 2018. Teniendo en cuenta la inflación cayó un 22%. Por otro lado, el salario mínimo, pasó de $5588 a $11300. Esto significó una caída del 24% porque para al menos empatar la inflación debería ser de $ 14.834.
Los números sobre empleo tampoco anduvieron mejor. Durante el primer mes de Macri como presidente había 6.237.600 trabajadoras y trabajadores y ahora hay 6.185.900. Esto significa que hay 51.700 menos empleos. Para el caso particular de empleos industriales se perdieron 107.933 puestos de trabajo. El panorama no parece mejorar dado que, según el informe de ManpowerGroup Argentina publicado en BAE Negocios, 800 empresas indicaron que no contrataran personal. La expectativa cayó 12 puntos siendo el peor registro trimestral desde 2007.
Bajar la inflación que era uno de los ejes de campaña de Cambiemos tampoco se logró. El índice de precios acumulado durante 2013, 2014 y 2015 fue de 117% y durante 2016,2017, 2018 de 160%. Aumentó más de un 43%. Los alimentos esenciales fueron uno de los más perjudicados dados que la harina, por ejemplo, subió más de un 300% durante la gestión de Cambiemos; el aceite más de un 440% y la leche más de un 114%.