La víctima de femicidio en Lomas de Zamora ya había sufrido violencia de género de otra pareja

19 de febrero, 2019 | 11.00

El femicidio de Carolina Ledesma sacudió este lunes a la localidad de Ingeniero Budge, en Lomas de Zamora. A pesar de que la joven de 21 años militante de la Tupac Amaru fue asesinada hace ya un día, la autopsia todavía no fue realizada y el femicida continúa prófugo. Por otra parte, la familia reveló que Carolina ya había sido víctima de violencia de género por parte de su pareja anterior.

Según confirmó la familia a El Destape, Carolina todavía permanece en la morgue a la espera de que llegue la orden de la fiscalía para realizar la autopsia ya que hay "otros cuerpos" antes que ella.

Carolina fue asesinada este lunes por quien fuera identificado con la familia como Ángel Andrada. Este hombre mantenía una relación paralela con la joven asesinada y la mató de un disparo en la panza para que evitar que su otra pareja --quien también está embarazada y a punto de parir-- se entere de esta situación, según informó la agencia Télam. Carolina tenía, además, dos hijos de una relación anterior.

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Fuentes policiales aseguran que Andrada asesinó a Carolina cuando ella le contó que estaba embarazada de él, pegándole un tiro en su vientre. Luego, fue hasta la casa de Gladys, la madre de la chica, y le dijo que ella había sido baleada durante un supuesto asalto en su domicilio.

"Ya venía de maltratos con el papá de sus hijos, que le pagaba"

Según relató a El Destape el tío de Carolina, Raúl Ledesma, Andrada "fue a buscar a la madre diciéndole que hubo un tiroteo, le llamó un remis, le dejó la plata para pagarlo y se fue", mientras que Gladys se llevaba a Carolina en el auto al Hospital Allende. Después de eso, "fue a lo de sus otros suegros y no se lo vio más".

Sin embargo, Carolina no llegó al hospital. "Murió en el camino, arriba del remis", confirmó a este medio María Elena Ybañez, quien era compañera de la joven en una cooperativa textil de la Tupac Amaru que funciona en Avellaneda. Ya en el lugar, Gladys pudo bajar a su hija del auto "a los tumbos", contó Raúl.

"Ella era muy cerrada. Estaba terminando la secundaria en FINES. Nunca habló de una situación de violencia", sostuvo María Elena. Aún así, afirmó que "sabía que estaba separada del papa de los nenes y que andaba con esta lacra, que estaba surgiendo una relación. Se la veía bien con los chicos, estaba contenta", agregó.

Pero nadie sabía de su incipiente embarazo de dos meses; ni siquiera Raúl, su tío, quien también trabaja en la cooperativa. Según él, "sabía por arriba" de la relación de Carolina con su asesino, pero "ya venía de maltratos con el papá de sus hijos, que le pagaba", aseguró. "No la dejaba tener celular ni amigos", agregó.

Andrade dejó sin su mamá a una nena de cinco años y a un nene de dos, a los cuales Carolina solía llevar consigo al trabajo. Sobre todo, aseguraron tanto Raúl como María Elena, llevaba a su hijito, a quien dejaba en la guardería del lugar.

Ella trabajaba en la cooperativa textil desde hacía un año y medio. "Era muy reservada y tímida. Se quedaba sola, aunque después agarró confianza y empezó a hacer amistades", sostuvo su tío. Nunca manifestó sufrir violencia por parte de Andrade.