"La Argentina necesita de una vez un gobierno que no sea conducido por un peronista", aseguró entusiasmado el titular del Comité Nacional de la UCR, Ernesto Sanz, al defender su posición en la Convención partidaria y ratificar su decisión de competir contra Mauricio Macri y Elisa Carrió. Horas después consiguió la mayoría que suma al radicalismo a un frente que vuelve a alejarlo de las mayorías populares, pero lo acerca al poder, con el mismo Sanz como pre candidato a presidente.
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Pasadas las 5 de la mañana, la propuesta del presidente del partido triunfó por 186 a 130, con 1 abstención y 13 ausentes. La UCR sellaba su futuro en el Teatro Municipal de Gualeguaychú.
"Hoy la sociedad cambió, la palabra no es más resistencia, sino volver al poder; no es más continuidad, sino cambio"; aseguró Sanz para iniciar su exposición. El titular del Comité Nacional defendió el acuerdo con el PRO mientras afuera sectores de la juventud lo acusaban de traidor y de entregarle el partido a la derecha.
"Esta es una alianza chica y mezquina que no tiene en vista los intereses del país. Me niego porque lo que está en juego es la soberanía política de la UCR", sentenció el senador Gerardo Morales, quien advirtió sobre los riesgos para la gobernabilidad y la debilidad que enfrentaría un eventual gobierno surgido de una coalición que excluya a un sector del peronismo no kirchnerista.
Fue Julio Cobos quien aseguró que el candidato del partido debía ser quien represente la política de alianzas aprobada la Convención. "Si la propuesta es la de Ernesto, él tiene que ser el candidato", afirmó.
Julio Cobos pujaba por recuperar las alianzas del Frente Amplio UNEN y retomar el contacto perdido con el socialismo, el GEN, Libres del Sur y Proyecto Sur, aunque tampoco descartaba sumar otras fuerzas por fuera del espacio si hubiera coincidencias en un eventual "programa de gobierno".
"El republicanismo puede derrotar al populismo", enfatizó Sanz en su discurso, regalándole a la historia en lugar exacto en el que decidió situar a la antigua fuerza partidaria. "Si no lo hacemos, estaremos condenados a la irrelevancia", remató.
En Buenos Aires, Mauricio Macri festejaba y Sergio Massa comenzaba a recibir presiones para bajarse de su candidatura presidencial y ser candidato a gobernador en la boleta de la nueva alianza electoral.