La renuncia de "Barba" Gutiérrez dejó a la CGT al borde de la ruptura

19 de diciembre, 2017 | 17.03

La renuncia del dirigente gremial Francisco "Barba" Gutiérrez en la Confederación General de Trabajadores (CGT) hizo crujir la interna en la central obrera tras el levantamiento del paro general en rechazo al ajuste jubilatorio.

El llamado a una medida de fuerza, comunicada ayer por el triunvirato que conduce la CGT, no tuvo la adhesión que necesitaba para ser exitosa. De hecho, a las tres horas de su anuncio la Unión Tranviaria Automotor se bajó y debilitó el paro general.

Esta mañana, en una reunión de la comisión directiva, Gutiérrez mostró su hartazgo con los dirigentes dialoguistas y cuestionó la flexibilidad de la CGT ante las medidas de ajuste que impone Cambiemos.

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"Renuncio, no podemos negociar con un Gobierno que miente", reprochó Gutiérrez al resto de sus colegas y revoleó las llaves de la Secretaría de Interior, el área donde desempeñaba su tarea hasta hoy.

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Francisco
Francisco "Barba" Gutiérrez, sentado en la primera fila con camisa celeste. Fue el jueves pasado, ante el anuncio de un paro si aprobaban la reforma previsional.

Según fuentes de la CGT, en diálogo con El Destape, Gutiérrez quiere que la CGT lleve adelante medidas más duras contra las políticas del gobierno de Mauricio Macri. "Necesitamos un plan de lucha más fuerte", reclamó ante la mirada de los triunviros Héctor Daer y Carlos Acuña.

Tras su descargo, Gutiérrez recibió un reproche de sus compañeros. Algunos gremios, entre ellos la secciónal UOM-Quilmes de Gutiérrez, decidieron marchar al Congreso. Hoy, a través de un comunicado, la seccional UOM-La Matanza reconoció a uno de sus afiliados lanzando piedras contra la Policía y luego ayudando a un oficial herido.

"Quedamos en que no confrontábamos", lanzó un dirigente a raíz del violento enfrentamiento con la Policía de la Ciudad.

Daer le contestó a Gutiérrez su queja por el levantamiento del paro: "En el Triunvirato las decisiones se toman en conjunto".

La respuesta no satisfizo a Gutiérrez, pero antes de irse reclamó una reunión urgente del Comité Central Confederal para determinar el destino de la CGT y consensuar un plan de lucha.