La presidenta de facto de Bolivia, Jeanine Áñez, rompió relaciones con Venezuela y adelantó que su país abandonará la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) e, incluso, que analiza retirarse de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
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La comunicación llegó por medio de su canciller Karen Longaric, que denunció que venezolanos vinculados con la embajada en La Paz estaban "atentando contra la seguridad interna", por lo que se decidió romper con el Gobierno de Nicolás Maduro y expulsar a todo el personal diplomático acreditado en la capital, consignó la agencia de noticias EFE.
La Cancillería autoproclamada después del golpe de Estado contra Evo Morales, comunicó que a los diplomáticos venezolanos "se les dará un plazo para que abandonen el país, por haberse involucrado en asuntos internos del Estado", lo que calificó a esa actitud como una "violación de normas diplomáticas".
La funcionaria, en conferencia de prensa, también comunicó el retiro del Alba y dijo que la administración Jeanine Áñez evalúa también salir de la Unasur. Ésto se dio lugo de que el canciller de Morales, Diego Pary, dijera que seguiría fungiendo como "ministro de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia del Gobierno Constitucional", pese a la renuncia obligada por la interrupción del orden constitucional.
El Gobierno de la autoproclamada presidenta Áñez considera que la alianza creada en 2004 por países con doctrinas de izquierda y centroizquierda para luchar contra la pobreza y la exclusión social no es de relevancia. "El escenario del Alba no nos interesa para nada", sentenció Longaric, según publicó Télam.
En cuanto la Unasur, la probable salida de Bolivia debilitaría más al organismo creado en 2011. Actualmente lo integran sólo cinco países -Bolivia, Venezuela, Guyana, Surinam y Uruguay- de los doces iniciales, entre los que figuraba Argentina.