Un nuevo caso de brutalidad policial se vivió en Salta. El sábado 21 de septiembre por la noche, mientras un grupo de jóvenes celebraban el comienzo de la nueva estación en el festival “A mover”, organizado en el Centro Cultural Pata Pila, en la zona centro de la capital provincial, se vivió una feroz represión policial. El acontecimiento tenía como principal artista a la cantante Sara Hebe pero también era una muestra donde hubo performances a cargo de drag queens y expresiones a favor de la diversidad sexual.
Si bien la Policía estuvo presente en todo momento, sus movimientos fueron inusuales: “Sacaban fotos y filmaban, pero hasta ahí entendimos que podía ser un procedimiento más porque estaban custodiando que no haya ningún incidente. Aunque era un evento bastante tranquilo, no había mucha gente tomando y solo queríamos ver a Sara Hebe”, relató una de las presentes.
El Destape accedió al testimonio de una de las víctimas de la represión, quien contó en primera persona lo que sufrió junto a sus familiares. Por temor a una represalia, su nombre fue modificado a Javier.
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Ya durante el final del evento, y con un fuerte operativo de seguridad presente, se comenzaron a cantar consignas en contra de la policía. “Solamente eran unos chicos, nosotros nos metimos dentro del centro cultural para ir al baño, yo estaba con mi mamá y mi hermano. Cuando salimos vimos a una chica que gritaba porque se llevaron detenido a un conocido de ella, estaba desesperada”, describió un testigo y agregó que la chica gritaba “¿a dónde se lo llevan?”.
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Esa noche, cuyo motivo era festejar de la primavera, fue convirtiéndose para Javier y sus hermanos en una noche de terror que le hizo recordar a las épocas de la dictadura cívico militar. “Cuando vimos que la chica gritaba, mi hermano filmó la patente y cuando se acercó la policía lanzó disparos de balas de goma. Nos fuimos alejando, caminamos diez metros, apareció una “chancha” de la infantería y se nos tiraron encima, especialmente a mi hermano. Él salió corriendo y se metió en una casa donde había un festejo del sindicato de maestros mayor de obras”, continuó explicando Javier.
La víctima señaló: "el personal de la policía se metió al domicilio a buscarlos, se llevaron a mi hermano y uno de los policías me reconoció y también me llevó. Mi vieja gritaba. Nos metieron a los golpes había dos”.
El momento de la represión
El relato de Javier dentro de “la chancha” es estremecedor. Una vez adentro los insultaron y agredieron. “Así que 'Yuta' nos cantan... putos, van a aprender a respetar a la policía manga de desviados”, contó Diego, otro testigo que le decían mientras les propinaban golpes y piñas en la cabeza. “Uno de los policías tenía guantes de motoquero. Cada vez que intentábamos hablar y decir que no habíamos hecho nada nos pegaba”, cuenta Javier.
Otro policía al que los testigos definieron como “fuera de sí” y “sacado”, les gritaba: “Así que les gusta la democracia, los voy a cagar matando”. Mientras esto ocurría otro policía les hizo apagar los celulares, a Diego, uno de los detenidos le hicieron borrar los videos que tenía en teléfono.
Javier cuenta que en un momento vio que la camioneta paró y no sabía que iba a suceder. “Al policía 'sacado' le pasaron una navaja y se nos acercó. Le cortó las rastas a uno de los detenidos, a otros mechones del pelo. Después nos preguntaban los nombres, la dirección y nos decían: 'se hacen los piolas los putos'", cuenta y asegura que ya intentaban no hablar para no ser golpeados.
“Una vez que nos llevaron a la Comisaría nos bajaron y nos dejaron con otros policías. Nos dejaron contra la pared 40 minutos. -“Qué código le ponemos? Dijo una mujer policía, mientras el que nos dejaba ahí dijo: -Ponele 45, 46, 48 ponele que estaban tirando piedras, escuchamos que decía el policía y todos se reían”.
Los detenidos estuvieron incomunicados aproximadamente cuatro horas. Desde la comisaría fueron llevados a la Ciudad Judicial para una revisación médica: “La revisación que nos hicieron fue hacernos sacar la remera, fue un examen visual que hizo otro policía”.
“Salimos tipo 3 y media de la mañana. Para mí, yo creo que fue una situación de odio”, concluye Javier y asegura: “Estamos denunciando pero también tenemos mucho miedo por la represalia que puede darse si hacemos conocido esto. Los policías tienen fotos de nuestras caras, nuestras direcciones y no sabemos qué son capaces de hacer frente a la denuncia que estamos haciendo”, .
La palabra oficial
El Destape habló con los organismos oficiales de Salta y aseguran que, desde el Ministerio de Gobierno DDHH y Justicia, a cargo de Marcelo López Arias, se instruyó a la Secretaría de Derechos Humanos para que reciba y acompañe a los chicos que denuncian haber sido reprimidos. Además, desde ese área aseguran también que se está realizando un trabajo en conjunto con el ministro de Seguridad, Carlos Oliver, para llevar adelante una investigación interna dentro de la fuerza policial.