El Ministerio de Educación de la ciudad de Buenos Aires que dejó Esteban Bullrich antes de asumir en Nación lleva a cuestas una herencia de irregularidades en las obras de infraestructura en escuelas.
Problemas en la documentación, demoras en el fin de obra, poca o ninguna planificación, estructuras mal hechas que tuvieron que rehacerse son algunas de las problemáticas que denuncia la Auditoría General de la Ciudad en un relevamiento de 2013 sobre las 190 contrataciones hechas en 2013 por el área de infraestructura por un valor de 490 millones.
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Según detectó la Auditoría en su documento, al que tuvo acceso Diario Z, algunas no coincidían con lo pautado en el presupuesto, otras no fueron informadas correctamente o , directamente, las autoridades no supieron identificar la fuente de financiamiento.
"Según explica el informe –presentado en octubre de 2015 a la Legislatura porteña- en el 86 por ciento de los casos no estaban los expedientes ni la documentación relativa a cada obra", explica la periodista Alejandra Hayon.
Una de las irregularidades más escandalosas fue que en casi el 70 por ciento de las reformas no se cumplió con las normas de accesibilidad: medidas obligatorias de puertas, pasillos, herrajes y baños para que los establecimientos puedan ser utilizados por chicos discapacitados.
Por último, como corolario de las irregularidades que cometió la cartera que tenía a Bullrich como titular, es lo que ocurrió en la escuela Nº 8 del Distrito 13, en Homero 2159, Cildáñez. Según constataron desde la Auditoría, como la constructora no previó los refuerzos estructurales necesarios para construir sobre un arroyo, como era el caso, hubo que demoler gran parte de lo levantado.
"La Ciudad privatizó el mantenimiento de las escuelas y el servicio no se controla. En cada auditoría se observan las mismas deficiencias, pero jamás nos llamó un funcionario preocupado por el deterioro permanente de la infraestructura escolar", afirmó Cecilia Segura, presidenta de la Auditoría General de la Ciudad. Además, explicó que además de la falta de inversión y control que se detalla en el informe, el presupuesto porteño de Ecuación sufrió un recorte de siete puntos y una subejecución de 700 millones de pesos. "Esa plata hubiera alcanzado para construir lo que falta", agregó.