Los despidos anunciados por Techint en pleno aislamiento social obligatorio producto de la pandemia del coronavirus, generaron un fuerte rechazo en la sociedad que se manifestó en desacuerdo con ellos de forma mayoritaria.
Como uno de los grupos empresarios más importantes del país, privilegió la cuestión económica sobre la salud y definió despedir a 1.450 trabajadores argumentando el parate del sector de la construcción por la cuarentena. Rápidamente, el Gobierno convocó a las partes y se dictó la conciliación obligatoria para frenar las cesantías.
Esta acción, tomada como la punta de lanza para que otras empresas tomen el mismo camino durante la crisis sanitaria, no fue bien recibida por la sociedad. Según una encuesta de Rouvier & Asociados, el 72,1% de los encuestados está en desacuerdo con la decisión empresarial que sólo encontró un 19,4% de partidarios mientras el 8,5% prefirió no opinar.
El sondeo reveló la distribución social de esa oposición a la medida empresarial. El sector popular se manifestó conjuntamente en contra y la pirámide se achicó un poco hacia la cúpula, el segmento con más ingresos en la Argentina, aunque también allí se encontraron detractores. Excepto, claro, en el vértice superior, bien arriba, que está limpio de desacuerdos.
En este delicado contexto, la economía y la falta de trabajo son la tercera preocupación más importante de los argentinos (37,3%), sólo superada por el coronavirus y la salud (67,2%), así como por la inflación (42,5%). En paralelo, la imagen positiva de Alberto Fernández creció y pasó del 58,1% al 68,6% de febrero a marzo así como la opinión favorable sobre la gestión, que trepó del 59,4% al 69,% en el mismo período.