Es irónico que al gobierno de quienes repudiaron las persecuciones y cárceles del macrismo la pandemia lo puso en la encrucijada de dictar una suerte de Estado de sitio y restringir las libertades. Tanto como parecen de manual las “rebeliones” insensatas de aquel ex funcionario macrista entre los viajeros a la Costa y las de muchos personajes públicos que apostaron estos años por la alianza amarilla y últimamente organizaron cumpleaños con cientos de invitados en medio de las recomendaciones sanitarias de aislamiento.
La patria es el otro y El otro es la puerta de atrás libran un combate encarnizado también en medio de la temible pandemia.
Y todo es Argentina: los tripulantes de Aerolíneas Argentinas que se ofrecieron a rescatar a los compatriotas varados en el exterior, y los intendentes de Iruya, Salta, y de Humahuaca, Jujuy, que se pelearon porque el primero echó miserablemente a 26 turistas hacia el municipio jujeño y la segunda reaccionó miserablemente poniéndolos de patitas en la ruta.
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No se si esta pandemia traerá cambios definitivos debilitando las creencias del neoliberalismo, como vaticinan algunos bienpensantes, si dejará como saldo una revalorización del papel del Estado. Y no lo sé, porque una gran porción de nuestra comunidad vive confortablemente en El País del No me Acuerdo (tres devastadores gobiernos neoliberales, y acaban de sumar el 40 % de los votos).
La experiencia, aquí y en todo el mundo, devuelve al Estado al lugar protagónico del que lo desplazó la globalización. Y, según dicen los entendidos, futuras pandemias volverán a reclamarlo. Pero la pos-verdad selecciona la experiencia con pinza de depilar y con propósito de blindaje.
Un gobierno que puso primera en un escenario donde acechan el deffault y el quiebre de país se encontró en la primera esquina con una segunda incertidumbre: el mundo entero paralizado por una pandemia.
¿La acumulación de tantos factores negativos podría redundar en algo positivo, como, por ejemplo, que la crisis mundial provoque acciones más coordinadas internacionalmente y despierte respuestas más flexibles y mayor asistencia de parte de gobiernos centrales y organismos internacionales?.
No conocemos la respuesta. Lo único que alivia es que estamos viajando por la incertidumbre con un gobierno que muestra reflejos, mano firme y un claro sentido de la inclusión.