En la ola de despidos que sucedió en el Estado nacional durante la semana del 31 de marzo ocurrió un caso que es todo un símbolo en sí mismo: echaron a abogados cuya función era ayudar a trabajadores despedidos sin recursos. El programa Asistir del Ministerio de Trabajo fue vaciado de empleados y hoy quienes defendían a desocupados ahora se encuentran en esa situación.
El programa, que se creó a mediados de la década del '90, tenía como función brindar asesoramiento y patrocinio legal a trabajadores despedidos de bajos recursos que necesitaran algún tipo de asistencia legal. El mismo depende (¿dependía?) de la dirección de Relaciones Individuales del ministerio, a cargo de Omar Yasin, quien se encuentra en una lista de las próximas elecciones del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, el organismo que debería defender a los abogados en este conflicto.
Los abogados despedidos que dialogaron con El Destape aseguran tener una antigüedad que excede la de los 12 años de gobierno kirchnerista y cuyos salarios no superan los 15 mil pesos en mano, que se pactaban en contratos anuales luego de haber ingresado bajo la modalidad de locación de servicios (monotributo). En total, eran 21 los abogados que formaban parte del programa.
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Tal es el caso de Daniel Jorge, uno de los asesores letrados que contaba con 22 años de antigüedad en la cartera laboral. En diálogo con este medio, Jorge denunció que hubo entre los despidos mujeres embarazadas, los únicos casos por los que el Gobierno podría evaluar una reincorporación. "Creemos que se tiene que renegociar por todos", aseveró.
Tanto en on como en off los despedidos coinciden que no hubo ningún tipo de contacto con las autoridades desde entonces. Uno de los conflictos abiertos es qué ocurre con los pleitos judiciales en los cuales ya han actuado. Esos trabajadores que acudieron al ministerio hoy no tendrían quién les brinde la asesoría legal correspondiente a mitad de camino.
Uno de los abogados, que pidió su anonimato, dijo: "Yasin vino el primer día, presentó a los nuevos coordinadores y luego se tomó vacaciones". "No había ñoquis, algo había que decir" para justificar la medida, expresó. Esta fuente, que prefirió no dar su nombre por "miedo", agregó: "Dejaron a familias enteras en la calle".
Un rumor que circula y aun no fue confirmado entre los empleados es que mientras despedían al antiguo plantel de abogados, habría una lista de posibles ingresantes a dedo. "Esa gente entraría en una categoría superior" en el escalafón de empleo público, cree uno de los trabajadores.