El Primer Foro Mundial del Pensamiento Crítico, organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), contó con la participación de Cristina Kirchner, quién dio una conferencia en el panel sobre Capitalismo, Neoliberalismo y crisis de la Democracia. Dijo varias cosas. Algunas bastante cuestionadas como la necesidad de formar un frente social en donde estén los pañuelos verdes y celestes pero también habló acerca de la necesidad de construir una “nueva arquitectura institucional que refleje la nueva estructura de poder” ¿Que significa eso? ¿De qué hablaba?
Vamos por partes.
La ex mandataria sostuvo que debemos tener nuevas arquitecturas institucionales para preservar el funcionamiento de la democracia debido a que la forma de organización de gobierno del mundo occidental tuvo su origen con la Revolución Francesa, o sea en 1789. Específicamente indicó que “a pesar del inmenso desarrollo tecnológico, estamos con la misma estructura. Este momento exige repensar nuevas estructuras institucionales que permitan, además, la participación institucional y la regulación institucional de nuevos actores que no existían en aquellas épocas. No existían las multinacionales, no existían las trasnacionales, no existía la financiarización del capital, no existían los organismos multilaterales de crédito”.
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Tomemos sólo una de las nuevas modalidades: la financiarización del capital ¿Qué significa eso? El ascenso de la importancia del capital financiero dentro del funcionamiento económico por sobre el capital productivo. Esto sería algo así como: obtener más dinero a través de la rentabilidad de las tasas financieras, que a través de la producción. Suena cercano ¿No? Básicamente es la política macroeconómica impulsada por Cambiemos. Quienes tienen bastante dinero hoy, tienen más rentabilidad poniendo su dinero en la bicicleta financiera que es una pyme.
¿Por qué sería importante regular el sistema financiero? Porque, como desarrolló Pedro Biscay, ex director del Banco Central, según estudios realizados por Global Financial Integrity, el volumen de flujos financieros ilícitos originados en países en desarrollo en el período 2000-2008 se incrementó desde los 400 billones de dólares a los 1.400 billones de la misma moneda, a un ritmo de crecimiento del 15% anual. Como resultado de esto, los países en desarrollo pierden aproximadamente 700 a 800 billones de dólares bajo concepto de fuga de capitales. Bastante más de tres, cuatro, cinco PBI ¿No?
Biscay señaló que hay toda una serie de operaciones que se realizan por fuera de la supervisión de organismos reguladores, como la intermediación clandestina vía mesas de dinero o a través de asesores financieros, que son uno de los principales factores causales de la criminalidad en el sistema financiero. Pero además están los paraísos fiscales y las sociedades offshore que son el segundo factor que contribuyen al desarrollo de este tipo de criminalidad.
¿Qué pasa en nuestro país?
Según indicó la socióloga Débora Ascencio, la fuga de capitales durante la primer mitad del año llegó a niveles récord. En este sentido explicó que la salida de moneda extranjera por atesoramiento sumó 16.676 millones de dólares y cuadriplicó los niveles de salida del año 2015 (fue 447% mayor) y los orígenes de la demanda de dólares no dan ningún beneficio para la economía argentina, dado que se deben en especial a fuga de capitales y turismo. Por otro lado, añadió que el ingreso de dólares proviene de la fuente de menor sustentabilidad posible: endeudamiento externo, con implicancias no sólo en el pago de intereses de deuda sino condicionalidades en el ejercicio de la política económica interna, por el acuerdo con el FMI.
CFK remarcó que “cuando uno llega al gobierno, si tuviera que representar lo que significa el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo, que es lo que se somete a elecciones, es un 20 o un 30% del poder. El otro 70 u 80% del poder está afuera, en organizaciones, en organismos, en sociedades, en medios de comunicación, cosas que no están reguladas en ninguna Constitución ni en ninguna ley” y añadió que “por eso es imprescindible darse una nueva arquitectura institucional que refleje la nueva estructura de poder”.
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Desde que asumió Cambiemos aumentaron las tasas de interés para disminuir la demanda de dólares; derogaron el Decreto 616/05 que establecía requisitos de información y la obligatoriedad de que los capitales golondrinas quedarán en el país por al menos un año y permitieron la compra irrestricta de dólares. Ninguna de estas medidas trajo beneficios para la economía doméstica. Lo que si habilitó es mayores beneficios para el capital financiero, menos margen de maniobra para el gobierno local y, como señaló la ex presidenta, estructuras de poder cada vez mejor y más afianzadas.