El juez Claudio Bonadio supo ganarse la mirada de propios y extraños durante el último año por sus investigaciones relacionadas al poder político de turno. Así, el juez fue el encargado de llevar causas como la de Ricardo Jaime, a quien decidió procesar y detener a tres semanas de unos comicios electorales, Guillermo Moreno y sus multas a las consultoras privadas que difundían índices de inflación superiores a los del INDEC, y, fundamentalmente, por llevar adelante la causa que investiga a la familia presidencial, a la que los medios titularon "Causa Hotesur".
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Sin embargo, este juez comenzó sus actividades hace muchos años, más precisamente en la década menemista, cuando en 1992 la cantidad de jueces en la capital porteña pasó de 6 a 12 por la inclusión de los juicios orales. Allí y gracias a su amistad con el polémico ministro del Interior menemista Carlos Corach-de quien supo ser subsecretario en la secretaría Legal y Técnica de la presidencia de Carlos Menem-, llegó al juzgado federal número 11, para ya no dejarlo.
Años más tarde, en 1997, el entonces opositor Domingo Cavallo afirmó ante los medios masivos de comunicación la existencia de una servilleta, en donde el propio Corach le había escrito los nombres de los jueces "que jugaban a favor del gobierno menemista": entre esos nombres, figuraba el de Claudio Bonadio, fiel allegado a Corach, y por ende, al gobierno de Menem.
Tras ello, el diario Clarín decidió realizar un "Informe Especial", publicado el 14 de septiembre de 1997, donde traza un perfil del juez bajo el título "Bonadio: de colaborador de Corach a juez federal". En el mismo, el diario define a Bonadio como "el segundo de Corach. cuando el ahora poderoso ministro del Interior, vigilaba con celo extremo, desde su puesto de secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, cada decreto que iba a ser firmado por Menem".
"Este joven abogado, que en un principio iba a ser juez de Morón, terminó ocupando un puesto fundamental dentro de la estrategia política del menemismo. Es en estos juzgados federales donde, además de las causas por drogas, se investigan los casos en los que están involucrados los funcionarios públicos que cometen delitos contra el Estado: de la suerte que corran los involucrados en las causas por corrupción dependerá la imagen de quien esté en el Gobierno. Y durante los ocho años de menemismo, han habido muchas denuncias sobre irregularidades administrativas y enriquecimiento ilícito de funcionarios", concluye el informe sobre el entonces "polémico" Claudio Bonadio el periodista del Grupo Clarín.
Casi veinte años más tarde, y viciado en una guerra contra el gobierno nacional en donde todo vale, el mismo grupo de medios que tildó al juez como un mero empleado gubernamental de turno, cuyas sentencias eran autorizadas por Menem, muestra a Bonadío como uno de los férreos representantes de la Justicia argentina.
Cambia, todo cambia.
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