La meteoróloga Nadia Zyncenko lanzó una dura acusación contra Hernán Lombardi: "Me da tristeza"

La destacada pronosticadora dialogó con El Destape acerca de su carrera, su futuro, y el medioambiente. Sus críticas a la gestión macrista y su visión sobre Rosario Lufrano, la nueva titular de Radio y Televisión Argentina.

26 de febrero, 2020 | 11.37

Miércoles, 13 horas. Alerta por sol fuerte. Calor y mosquitos en la Ciudad de Buenos Aires. Y en la calle se escucha "Uy, mirá, ahí va Nadia, la del 7". Es la voz de una señora al ver pasar a la famosa meteoróloga de la Televisión Pública. Su estilo resulta inconfundible, y tras más de 30 años en la casa de los argentinos, la imagen (y el acento) queda presente. Nadia es hija de un ucraniano y una italiana, y una figura muy querida en el universo de la meteorología. En reiteradas ocasiones, durante esta entrevista con El Destape, afirmará que "estamos atravesados por la meteorología", ciencia que condiciona nuestras vidas. No lleva paraguas, no hay probabilidad de lluvias a la vista.

-¿Cómo arranca tu amor por la meteorología?

-Ser meteoróloga nunca fue una vocación. Fue una solución para ganar dinero. Yo quería ser contador como mi hermano, el destino quiso que no pasara el ingreso. Él percibió mi desilusión y un día apareció con un clasificado para estudiar meteorología. Muy convencido me dijo: andá y ganate la beca, a vos te va a gustar esto. Yo no tenía la menor idea de lo que se trataba. Una vez que me recibo en Exactas, de la UBA, empiezo a trabajar en la oficina de pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional. Resulta que era compañera laboral de Valentín Komar, quien entonces era el meteorólogo más reconocido de los medios y trabajaba en Canal 7. Un día, me preguntó si lo querría reemplazar por tres meses en la televisión. Me quedé totalmente sorprendida ante la invitación. Tenía terror, no quería saber nada. Lo reemplacé en el noticiero de las 19 y en el de las 24 horas, y cuando terminó el reemplazo pensé: “Al fin y al cabo tan difícil no era”. Esas ganas de seguir en el medio hicieron que me preguntase cómo podía lograr que los canales se interesasen en mí. Empecé a llamar todos los noticieros, a cualquiera que me atendiese el teléfono.

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-Este hecho despertó tu pasión por la divulgación de la meteorología.

-Por supuesto, pero los intereses siempre fueron económicos. Quería crecer en mi trabajo y poder alimentar a mi familia. Dinero siempre nos hizo falta. La verdad es que después de tanta insistencia y de que me cortasen el teléfono infinidad de veces, me llamaron de Canal 11 para un casting. Y quedé. A partir de allí mi amor por la meteorología fue creciendo. Me invitaban a Congresos de Meteorología, tenía que estudiar muchos idiomas para poder estudiar todo. Conocí muchas buenas personas y meteorólogos de todas partes del mundo. Es un campo apasionante y en la difusión encontré una manera de ser útil para todos, brindarles un servicio de calidad y que no piensen que soy una adivina.

-¿Extrañás la Televisión Pública?

-No. Fue un trabajo realmente esforzado, demasiado. Me levantaba a las 3.30 am, me auto-producía todo, con la excepción de los diseños de los mapas para televisión. Quitando esto, la autoproducción es muy agotadora: Si bien la información la tenía del Servicio Meteorológico Nacional, cada vez que tenía que presentarme chequeaba si mi opinión personal coincidía con los datos. En los casos que difería en un porcentaje importante, me aseguraba de charlar cada caso con mis compañeros. Porque, ante todo, tenía que ser responsable con lo que decía. Dependemos de la meteorología para nuestras vidas. Otra de las cosas que no extraño es la importancia de la presencia y la imagen que hay que dar en la televisión: La ropa, el maquillaje, la bijouterie, los zapatos, que los colores combinen, ir al estilista. Todo fue autoproducción mía durante los casi 36 años de televisión. Es un medio muy exigente. Más allá de esto, la imagen de muchos es “trabaja cinco minutos en la tele nomás”. No señor. Todo el día y toda la noche. No quiero volver a eso.

-¿Qué fue lo primero qué te pasó por la cabeza cuando te dijeron “Nadia, no seguís en la TV Pública”?

-Lo primero fue sentir una enorme confusión. Recuerdo que me dijeron “¿Qué pensás hacer vos con el trabajo?”. Esta pregunta vino después de una cálida reunión que había tenido días atrás con altos cargos del canal. En ella, me aseguraron que yo seguía al aire, pero al que no podían salvar era a mi marido, que también trabajaba en la Televisión Pública. Así y todo, me habían asegurado trabajo por un año más. Y luego, como si nada, se desdijeron y me desecharon. La misma persona que me había palmeado feliz y me había confirmado mi continuidad. “Andá a Recursos Humanos”, sentenció. Todavía me acuerdo todo lo que me hicieron esperar en ese pasillo de Recursos Humanos. Tomé mucho frío. Te cuento una intimidad que no sabe nadie: Yo me paré frente a la oficina de RRHH esperando que me atendiesen. Me habían asignado un horario de cita, que jamás cumplieron, y veía como entraba y salía gente. Estaba muy nerviosa y el ambiente estaba helado. Después de tantos años en el 7 me sentí tan maltratada, con una vergüenza tan grande. Me tuvieron una hora y cuarenta minutos parada, esperando. Cuando finalmente me abren la puerta, ¿sabés qué es lo único que me dijeron?: “Firma acá que lo tuyo termina”. Me shockeó, me dolió tanto. Sentí que tanta dedicación y tiempo en el canal no valió nada.

-De hecho, en 2018 desmentiste a Hernán Lombardi cuando afirmó que te desvincularon del canal por la alta cifra que cobrabas (180 mil pesos), ¿qué le dirías hoy, luego de que se hiciese público el deplorable estado en qué gestionó el sistema de medios públicos?

-Que un ministro, con la cantidad de trabajo que debería tener, dedicase su tiempo a ocuparse de un meteorólogo me pareció tan desproporcionado. Un ministro debería ocuparse de cosas serias, de cómo sacar adelante al país, no de Nadia la meteoróloga que da el tiempo. Me da tristeza ese señor. ¿Quién le dijo que cobraba ese dinero? Ni la liquidación final estuvo cerca de ese monto. Dicho sea, aprovecho para recordarle que mi “despido” fue de una fraudulencia mayor: No cobré indemnización, adelanto, nada. Pesada herencia me dejó Lombardi.

-¿Te llegó rápido la solidaridad de tus colegas?

-Afortunadamente. Ahora participó en varios programas, me invitan. Que me hayan invitado ustedes para mí es un placer, yo a Roberto lo quiero mucho. Trabajamos juntos en Crónica. También estoy con Mauro Viale ahora. Lo vivo con mucha alegría, creo que el legado más importante es que la gente se acuerde de mí.

-¿Qué te pareció la designación de Rosario Lufrano en Radio y Televisión Argentina?

-Trabajé con Rosario muchos años en Canal 11, la conozco mucho. Es una señora tan lúcida y rápida. Es difícil alcanzar la eficacia que tiene Rosario Lufrano. Simplemente brillante, anda en jet. Rapidísimo. No podría estar más feliz por su nombramiento.

-Con los desastres naturales que ocurren a nivel global, el calentamiento, los incendios en Australia, ¿creés que se subestiman los efectos de la meteorología en nuestra vida?, ¿Por qué?

-No se subestiman los efectos, sino que aquellos poderosos que tienen que tomar las decisiones para cuidar el medioambiente hacen la vista gorda y suceden estas cosas. Las razones económicas y políticas le ganan a nuestro bienestar. Es terrible. Nadie puede discutir el calentamiento global, es un hecho. Sobre el final, prevalecen las viejas tradiciones.

-Tenemos una costumbre en estas entrevistas, es un juego llamado “Cambalache”. Son preguntas que habitualmente no hacemos y permiten conocer algunas intimidades tuyas.

-Me encanta. ¡Arranquemos!

-¿Te dan miedo los truenos y relámpagos?

-Sí, me dan miedo. La fuerza de la naturaleza es tan inmensa que no dimensionamos todo lo que podrían hacernos. Las tormentas eléctricas son aterradoras, ¿a quién no le dan miedo?

-¿Qué música te encanta escuchar cuando estás en tu casa?

-Clásica. La ópera me gusta mucho, la voz del ser humano.

-¿Pero te permitís algún consumo más convencional?, ¿Pop, ritmos latinos, rock, cumbia?

-Mi permitido es Plácido Domingo. Estoy enamorada de él, jajaja. ¡Es un semental!

-¿De qué signo sos?, ¿Le das importancia a la astrología?

-Sí,me encanta.Soy Géminis del primer decanato. Es un gran signo, somos muy espontáneos, no podemos ocultar lo que nos sucede. Y siempre vamos para adelante. Cuanto más difícil la situación, más creativos nos ponemos. 

-¿Te gustan más los perros o los gatos?, ¿Por qué?

-Los perros, siempre.  Te miran tan dulcemente que te compran. Son animales muy tiernos y agradecidos. Te miran a los ojos.

-Un libro que te haya marcado.

-Esto es muy importante. Te diría "Quien es feliz, tiene razón", de Andrés Percivale. No se consigue con facilidad y es impresionante. Es mi filosofía de vida: Si sos feliz, tenés razón.

-Y para cerrar, ¿una comida qué siempre te pidan?

-Como cocinera soy un fracaso, jajaja. No me gusta para nada. Lo que sí, hago muy buenos panqueques de manzana. ¡Tomen nota! Ponen un poquito de harina, un poquito de leche, un poquito de agua, 2 huevos y un poquito de azucar; luego, lo mezclás bien. Después, esa masa líquida a la sartén o a la essen, sirven ambas. Líquido, capa de manzanas, líquido, capa de manzanas. Queda riquísimo. Te tiro un plus: Si queres y tu médico te lo permite: Un poco de crema en los panqueques.

-Bueno, habría que hablar con Cocineros Argentinos para que hagan la receta ahora...

-¡Sí! Y lo mejor de todo es que la meteorología también se relaciona con la comida: Cuando hace frío optamos por cosas más calóricas; con el verano, más frescas.