Luego de que la Justicia obligara a Estudiantes de La Plata y River a cumplir con la ley de derechos de formación, la Superliga presiona para modificar la normativa que reconoce el derecho de los semilleros de todo el país a recibir compensaciones por el desarrollo de los deportistas profesionales de todas las disciplinas.
La ley sancionada en 2015, durante los últimos días del kirchnerismo en el poder, fue la concreción de una lucha que mantuvieron durante más de 18 años las instituciones barriales de todo el país en reclamo por su rol en la contención, educación y formación de los deportistas argentinos que brillan en el país y el mundo.
La medida contempla los derechos formativos de todos los deportistas entre los 9 y los 18 años por el total del 5% del valor de cada nueva transferencia o firma de contrato (0,5% por año), una suma que parece irrisoria para clubes que valúan sus planteles por millones de dólares, pero que es muy significativas para entidades que se sostienen con el esfuerzo de sus socios. Pero, los poderosos de siempre volvieron a mirar hacia otro lado y no cumplieron con la norma, casi como un reflejo de lo que sucede en cada ámbito que uno transita en el clima de época macrista.
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Sin embargo, dos fallos contra Estudiantes de La Plata (En favor de Bochófilo Bochazo por el fichaje de Facundo Sánchez) y River (Unión de Totoras por Nicolás Domingo) sacudieron a la estructura gerencial de la Superliga, que pretende modificar la ley a fuerza de lobby y presiones.
En la reunión de la Comisión de Deportes de Diputados del pasado 2 de octubre, los abogados de la máxima categoría del fútbol nacional se hicieron presentes y anunciaron que presentarán un proyecto para modificar la ley. Aunque más que modificarla, pretenden vaciarla con el cercenamiento de dos puntos claves: la reducción del rango edad contemplado (a partir de los 12 años) y el traslado de la resoluciones de conflictos a un ámbito regido por la AFA.
“Desvirtúan absolutamente el espíritu de la ley y niegan el derecho consagrado, al modificar los puntos esenciales”, denunció en conversación con El Destape la diputada santafesina Claudia Giaccone, quien fue impulsora de la norma en el Congreso.
Y resaltó: “La ley consagra el derecho de formación deportiva y es de aplicación automática, por lo que no necesita reglamentación y todas las ligas y federaciones deberían haberla incluído en sus reglamentos". Asimismo, marcó que "las disciplinas no la incorporaron, la menospreciaron y la ningunearon y tuvieron mucho maltrato hacia los clubes que reclamaron. Por eso los dirigentes tuvieron que ir a la Justicia”.
Para Giaccone, los integrantes de la Superliga se resisten a pagar porque “hay una situación de poder que ellos no quieren dejar de tener a su favor” frente una ley que es un claro ejemplo de justicia distributiva. “Los casos judiciales fueron tan contundentes que la Superliga y la AFA se pusieron en alerta y empezaron a hacer lobby para cambiar la esencia de la ley”, concluyó.
En la misma línea opinó el abogado de la Asociación Latinoamericana del Derecho del Deporte (ALADDE), Norberto Outerelo, quien llevó el caso de Domingo. “Han tenido un problema importante para ellos que es la pérdida de poder porques quieren manejar todo”, señaló, al tiempo que remarcó que los cambios pretendidos por la Superliga “hacen muerta a la ley”.
“Lo que piden es adecuar a los estándares FIFA como si fueran la Naciones Unidas", apuntó. "Pero FIFA es una asociación civil sin fines de lucro y sus decisiones no tienen extraterritorialidad. Sólo lo hacen mediante la extorsión de desafiliarte”, completó.
Al momento, se presentaron en distintos tribunales 19 reclamos, todos contra clubes de fútbol (aunque la ley abarca a todos los deportes), pero las consultas de otras entidades no paran de sucederse.
Luciano Lollo, Santiago Vergini, Leonardo Jara, son algunos de los jugadores por los que existen quejas en la Justicia. Uno de los más paradigmáticos es el caso de Damian Musto: En 2015, Rosario Central compró el pase del mediocampista en un millón de dólares y Alumni de Casilda exigió los derechos, pero la entidad ‘Canalla’ se negó sistemáticamente.
El club rosarino sólo se presentó a algunas de las conciliaciones y apenas ofreció la mitad del monto reclamado. Alumni reclamó el 3,5% de la transferencia (Musto jugó allí hasta los 15), es decir 35 mil dólares, algo más de 1,2 millones de pesos.
“Esto pasó toda la vida. Lo que hizo la ley fue darnos alguna posibilidad a los clubes del Interior de cobrar algo”, aseguró en declaraciones a El Destape el presidente de la entidad casildense, Mauricio Vittone, y subrayó que “un ingreso de ese estilo es importantísimo”.
En un contexto de ajuste feroz, devaluación y tarifazos que golpean muy fuerte a las instituciones barriales, los ingresos por derechos de formación serían un sustento más que contundente para el desarrollo de los chicos y el surgimiento de algunas promesas.
"Tenemos una pileta climatizada y el último bimestre pagamos 85 mil pesos de gas", destacó Vittone. Para establecer un parámetro, contrastó: “Este fin de semana hacemos una exposición que realizamos todos los años, en la que vamos a trabajar cuatro días enteros, arriesgando que el clima nos acompañe, para recaudar alrededor de 200 mil pesos". Vittone advirtió que clubes como éste "viven de hacer estos eventos, de generar recursos a pulmón y que ingrese ese dinero es fundamental”.
En ese contexto, las modificaciones que pretende imponer la Superliga serían muy perjudiciales para Alumni y una lista interminable de instituciones formadoras, que incluso podrían mejorar su infraestructura con ese dinero y brindar mejores prospectos para el deporte nacional.
“Ya veo lo que se viene con eso, porque están viniendo a buscar a los chicos cada vez más chiquitos. Lo que intentan es llevárselos antes de los 12 años para no tener que pagar nada", indicó. "Intentamos persuadirlos de que no se vayan tan chicos porque todavía tienen mucho para aprender, pero la decisión termina siendo de los padres. Estamos atados porque si bien el pase es del club, los padres tienen la patria potestad”, señaló Vittone.
Haciendo hincapié en la importancia de la formación, afirmó: “Acá se vuelca a todo a cuestiones de club. Con estos ingresos extraordinarios se hacen obras y cuanto vos mejor estás, mejores condiciones tenés para los chicos y para que los clubes grandes se sigan nutriendo". Y concluyó: "Es querer cortar el hilo por lo más delgado. 35.000 dólares para Central no me parece que signifiquen demasiado".