Cada 27 de enero se recuerda a todas las víctimas del Holocausto y a todos aquellos que padecieron los horrores del nazismo. En el marco de los actos por el Día de la Memoria, la Madre de Plaza de Mayo Vera Jarach fue una invitada de honor en el multitudinario acto que se celebró en el Nelson Mandela Forum, en Italia, para homenajear a tres mujeres que vivieron el calvario fascista y sobrevivieron para contarlo. Del emotivo encuentro, que reunió a miles de personas, participó la directora del documental Vera, Manuela Irianni. La producción en la que participa El Destape no deja de recibir elogios. Para revivir la crónica de este evento formidable, charlamos con Irianni al respecto.
¿Cuál fue tu reacción ante la ovación unánime del estadio por los relatos de Memoria?
Cuando vi la ovación unánime a estas tres mujeres que relataban su experiencia de lo que fue la Shoá, sentí un contraste impactante. Miré a esta mujer que había estado a los seis años en Auschwitz, en completa soledad, al borde la muerte, y en profundo sufrimiento; y caí en la cuenta que es un dolor que jamás podremos dimensionar.
¿Sentís que Vera, el documental, puede ayudar a sanar algunas heridas?
Empiezo a encontrar factores comunes en todas las proyecciones, desde las que hubo en Buenos Aires hasta las de Milán y Florencia. Cada vez que la función termina se me acerca mucha gente a agradecerme. No es algo que me esperaba para nada, pensé que iban a elogiar al trabajo o a Vera. La gratitud que recibo de los espectadores me hace pensar que era necesario hacer un documental así.
¿Hubo algún testimonio que te haya impactado en especial?
Hubo un testimonio que me resultó desgarrador. Fue el de una de las mujeres que fue deportada a un centro de exterminio nazi. Contó que los nazis, en algunos casos, liberaban de las cárceles comunes presos y presas que cumplieran cualquier tipo de delitos, a cambio de que trabajen en los campos de concentración. Esta mujer tenía una hermana muy parecida, y ambas fueron separadas por los nazis, que las consideraron mellizas. En estos casos utilizaban a los niños para hacer pruebas genéticas.
La cuestión es que ambas hermanas se salvaron de la muerte por una de estas mujeres que trabajaban en el campo de exterminio. Luego de las pruebas, a los chicos les "ofrecían ir a encontrarse con sus padres", o sea, los mataban. Esta mujer llegó a advertirles antes y eso permitió que ambas hermanas pudiesen seguir con vida. Lo más emotivo de la historia es que, una vez terminada la guerra, ambas pudieron encontrarse con sus padres, sobrevivientes de los horrores del nazismo. Me emocionó verla ahí, en el escenario, a una de estas hermanas que se salvó gracias al humanismo de esa mujer, que estuvo en el momento justo.
- Vera continua su gira mundial. Próximamente anuncios con fechas en Argentina.