Una resolución del Juez Julio Alberto Baños despertó la indignación de los sobrevivientes del incendio del taller clandestino ubicado en la calle Luis Viale que ocurrió en el año 2006 y tuvo como consecuencia la muerte de seis personas, entre ellos niños de entre 4 y 6 años.
En mayo de 2019, la justicia sobreseyó de culpa a los dueños del taller, Daniel Alberto Fischberg y Jaime Geiler. No solamente esto, sino que Baños determinó recientemente la devolución del espacio del taller a los dueños.
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“Teniendo en cuenta lo expresado por el Sr. Fiscal General Dr. Fabián Celiz en el dictamen de foja 23, toda vez que la sentencia dictada por este Tribunal aún no ha adquirido firmeza y que los elementos cuyo decomiso se dispuso en el considerando sexto no resultan de interés para el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional nº 27 en razón del sobreseimiento dictado, deberá hacérsele entrega a Daniel Alberto Fischberg -a quien dicho Juzgado hizo entrega en carácter definitivo del inmueble sito en la calle Luis Viale nº 1269/1271 de esta ciudad- de la totalidad de las máquinas, mercadería y demás efectos muebles que aún quedan en el interior del taller emplazado en ese domicilio en carácter de depositario judicial”.
Sin embargo los sobrevivientes rechazaron esta resolución. En diálogo con El Destape, Lourdes Hidalgo explicó: “Se lo devuelven y le dan vía libre para que estas personas vuelvan a poner un taller textil y vuelvan a explotar y matar trabajadores, estamos devastados”.
Además, Hidalgo expresó: “No podemos permitir que toquen el lugar. No queremos que el cinismo de estas personas haga que vuelvan a poner un taller textil de nuevo. Los sobrevivientes buscamos que sea un espacio para la comunidad. No queremos que destruyan la memoria de lo que fue ese taller”. Y finalizó con una contundente frase: “Queremos tener un lugar para llorar a nuestros muertos, de memoria, verdad y justicia”.
Habilitado en 2001 para cinco máquinas, en el taller de Luis Viale 1296 trabajaban y vivían 64 personas que compartían un solo baño donde sólo había agua fría.
El incendio ocurrió el 30 de marzo de 2006, cuando un cable de un televisor encendió el fuego que se propagó por todo el edificio y provocó la muerte de Juana Vilca (de 25 años y embarazada), Wilfredo Quispe Mendoza (15), Elías Carbajal Quispe (10), Luis Quispe (4), Rodrigo Quispe Carvajal (4) y Harry Rodríguez (3).
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