La inversión extranjera directa en la Argentina cayó un 41%, situándose en 6.612 millones de dólares, cifra que representa el nivel más bajo recibido por el país desde 2009. Según informó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su informe anual sobre inversiones.
La razón principal fue la expropiación de YPF de 2012 que terminó el año pasado con un acuerdo entre el gobierno y Repsol por una compensación de U$S 5.000 millones como compensación. Dado que la mayoría de las acciones volvieron a manos argentinas, en la práctica esto supuso una entrada negativa en la balanza de pagos.
Al margen de esta operación, la inversión extranjera directa en el país se mantuvo en un nivel similar al de años anteriores. La mayoría de las entradas correspondieron a utilidades reinvertidas, que llegaron a 7.365 millones de dólares. En el sector minero, la compañía canadiense Yamana Gold está ejecutando un proyecto que supone la inversión de 450 millones de dólares en Cerro Moro, cerca de Puerto Deseado.
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Si bien no se dispone de datos recientes, parece ser que la composición sectorial de la IED en la Argentina se distribuye de forma homogénea entre los recursos naturales, las manufacturas y los servicios, los cuales han ido ganando peso en los últimos años. Asimismo, es probable que el sector de las manufacturas haya ganado terreno en 2014.
Varios fabricantes de automoción han ampliado recientemente sus instalaciones de producción en la Argentina. En el mes de octubre, la japonesa Toyota comunicó que había ejecutado el 60% de un plan de inversiones por valor de 800 millones de dólares que había anunciado en 2013, mientras que la estadounidense General Motors informó en 2014 que su inversión de 450 millones de dólares se incrementaría hasta 720 millones de dólares. Por último, la italiana Fiat Chrysler anunció en 2013 la construcción en la Argentina de una nueva planta de fabricación de motores por un costo que podría alcanzar los 300 millones de dólares.
Según expertos del sector, la Argentina parece tener un gran potencial para la exploración petrolífera. En particular, se apunta a la formación de Vaca Muerta como una importante fuente de gas de lutita y petróleo de esquisto. El Gobierno anunció ventajas especiales para las empresas petroleras que estuvieran dispuestas a invertir más de 1.000 millones de dólares. A raíz de ello, la estadounidense Chevron firmó un acuerdo con YPF para invertir 1.600 millones de dólares con el fin de explorar la formación de Vaca Muerta.
Por otro lado, fuentes no oficiales señalan que la compañía rusa Gazprom habría propuesto realizar inversiones por valor de mil millones de dólares. Se estima que la exploración de Vaca Muerta requeriría una inversión total cercana a 15.000 millones de dólares. En diciembre de 2014, la empresa Petronas de Malasia declaró que asignaba 550 millones de dólares a un proyecto de cooperación para la obtención de gas de lutita con YPF (Mander, 2014). Por último, la anglo-neerlandesa Royal Dutch Shell y la francesa Total anunciaron una inversión de 550 millones de dólares junto con la compañía local Gas y Petróleo del Neuquén en otro yacimiento.