El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Araújo, consideró que la pandemia del coronavirus esconde detrás un plan para implantar el comunismo a nivel mundial, mientras la crisis sanitaria en Brasil escala de forma alarmante.
En un artículo publicado en su blog al que tituló "Llegó el comunavirus", Araujo apuntó contra la Organización Mundial de la Salud (OMS) y aseguró que el virus " hace despertar nuevamente a la pesadilla comunista", al tiempo que cuestionó el nuevo libro del filósofo Slavoj Zizek, Virus.
En una suerte de reseña crítica sobre la nueva obra de Zizek, el funcionario aseguró que el esloveno "entrega discretamente el juego comunista-globalista de apropiarse de la pandemia para subvertir completamente la democracia liberal y la economía de mercado, esclavizar el ser. humano y transformarlo en un autómata desprovisto de una dimensión espiritual, fácilmente controlable". Incluso plantea la búsqueda de un Estado Orwelliano por parte del autor.
Según el canciller, "bajo el pretexto de la pandemia, el nuevo comunismo trata de construir un mundo sin naciones, sin libertad, sin espíritu, dirigido por una agencia central de 'solidaridad' encargada de vigilar y castigar". Asimismo, aseveró que se busca la creación de un estado "de excepción global permanente", que transforma el mundo "en un gran campo de concentración".
En ese sentido, llamó a "luchar por la salud del cuerpo y la salud del espíritu humano, contra el Coronavirus pero también contra el Comunavirus". El escrito del ministro se da en medio de una fuerte crisis sanitaria en Brasil, debido al rechazo a las medidas de prevención que promueve el presidente Jair Bolsonaro, quien minimiza los efectos del virus.
En los últimos días, el ex ministro de Salud Luiz Henrique Mandetta fue echado tras encabezar un enfrentamiento abierto con el jefe de Estado en torno a la imposición del aislamiento preventivo. La medida fue adoptada por la mayoría de los gobernadores frente a la negativa de Bolsonaro, que incluso genera aglomeraciones de gente en sus apariciones públicas y no mantiene el distanciamiento social, hecho que también generó una fuerte crisis política.
Araujo cuestionó que se transfiera poder a la OMS bajo "el pretexto (¡nunca probado!) Que un organismo internacional centralizado es más eficiente en el tratamiento de problemas que los países que actúan individualmente", y sostuvo que esa maniobra es "el primer paso para construir la solidaridad comunista planetaria".
En su insólita teoría, el canciller afirmó que "no es el comunismo de antaño" que instaló en distintos países "un sistema de planificación económica central" que "fracaso en proporcionar bienestar, y tuvo éxito en el control y la opresión de la sociedad", sino que "ahora es una planificación central mundial, que sin duda traerá el mismo fracaso y el mismo éxito de este modelo cuando se aplica en el pasado a escala nacional".