La gran estafa M: Macri le robó la vivienda a miles de familias

Miles de lotes Procrear fueron adjudicados en el kirchnerismo pero el macrismo demoró las obras, las familias deberán ganar dos veces la lotería pero con condiciones adversas.

30 de junio, 2019 | 22.00

En 2013, con la necesidad de dar una solución al déficit habitacional, el kirchnerismo  lanzó diversas líneas del Procrear pero, con el cambio de Gobierno, el macrismo dejó abandonadas miles de tierras destinadas a las familias, lotes que ya habían sido sorteados y asignados, y les cambió las reglas del juego: no sólo jamás se los entregaron, pese a que ya tenían planificadas sus casas y sus vidas, sino que ahora deberán empezar de cero, ganar dos veces la lotería y someterse a créditos con condiciones UVA – con intereses atados a la inflación – y con la posibilidad de sólo acceder a un préstamo impagable para adquirir un terreno y no para construir su hogar, como había sido planeado inicialmente.

La línea conocida como “lotes más construcción” se lanzó con el objetivo de que las familias pudieran conseguir un terreno para levantar su casa. Para ello, como averiguó El Destape, el Gobierno otorgaba créditos de $120 mil hasta $150 mil para adquirir la tierra. El mercado inmobiliario rápidamente vio que miles de familias querían su lugar y subieron los precios exponencialmente de una semana a la otra. Ante esta situación, el Gobierno decidió, por primera vez en la historia, convertirse en un agente inmobiliario y meterse en ese mundo, al que nunca habían ingresado, para regularlo.

Para ello, mediante convenios con gobiernos provinciales y municipales, el Procrear de Cristina Kirchner optó por comprar macizos de tierras fiscales y también a privados para lotearlos, dotarlos de servicios (agua, luz, gas, calles) y entregarlos a las familias. Esos lotes ya fueron sorteados y asignados. Eran más de diez mil. Pero los beneficiarios podrían empezar a pagar el crédito una vez que los servicios estuvieran instalados. Luciano Scatolini, ex director de Desarrollo Urbanístico del Procrear, le explicó a este medio que el objetivo de esta política era “poder tener loteos a precios accesibles”, algo que “no fue magia”. Pero, aclaró, “era una línea que tenía que continuar en el tiempo porque había una demanda agregada enorme”.

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Algunas de las obras fueron finalizadas durante el kirchnerismo y se entregaron pero, con el cambio de Gobierno, muchas quedaron paralizadas, abandonadas, avanzaron a paso de hormiga o, aún terminadas, no fueron entregadas a quienes ya habían sido sorteados y tenían los planos para edificar su hogar.

Al respecto, detalló Scatolini, “el macrismo terminó con la intervención del Estado porque para ellos es malo y le entregaron la política de viviendas al sistema financiero, a los Bancos, y ahí nace el sistema UVA. Abren los créditos a todos los Bancos y les dieron un negocio hermoso y la entrega absoluta de este derecho humano fundamental” como es el de la vivienda.

Pasaron cuatro años, en algunos casos seis años, dependiendo el año de la inscripción inicial, y sólo se entregaron poco más de 1500 viviendas, un 15% del total. Los terrenos hoy están abandonados. Algunos tienen los servicios instalados y las calles trazadas pero están inundados de pasto y caballos. Otros quedaron simplemente como un baldío. Todas tierras que sólo podían y podrán ser destinadas al Procrear, particularmente a la línea “lotes con servicios más construcción”.

Las obras nunca se terminaron pero no por falta de dinero. El kirchnerismo se encargó de armar un fondo para estas inversiones, para que las personas pudieran acceder. El Gobierno anterior gestionó un fideicomiso manejado por el Banco Hipotecario en el que la inversión final para estos créditos y construcción de servicios fue de US$ 149.767.562,95 o sea casi $6.500 millones con valores del dólar al 25 de junio de este año. Ese dinero estaba destinado a gestionar 10.629 lotes. 10.629 familias. Sin embargo, a mayo de 2019 se entregaron sólo 1.577 y otros 9.053 quedaron en la nada. O sea, sólo se entregaron casi el 15% de todos los lotes.

“Los lotes habían sido sorteados, las familias tenían que empezar sus carpetas y se les fue notificando que esos créditos quedaban sin efecto”, dijo el ex funcionario kirchnerista. Estas familias a las que se les asignó su tierra por Lotería Nacional durante el kirchnerismo no sólo siguen esperando, sino que ahora el macrismo las obliga a reinscribirse a un nuevo sorteo: o sea, ganar dos veces la lotería.

Los que fueron adjudicatarios van a tener que volver a competir con el inconveniente de que ahora son más familias las que están inscriptas, porque creció la población y la demanda. Pero, a diferencia del convenio original con tasas previsibles, accesibles y subsidiadas, ahora sólo pueden hacerlo con crédito bajo modalidad UVA, o sea atados a la inflación.

Pero esa no es la única problemática. Ahora, contrariamente a lo planificado, la línea ya no incluye la construcción de la vivienda sino solamente el terreno con préstamos usurarios. De este modo, las familias deberán pagar el alquiler del lugar donde viven, un crédito UVA para el terreno y otro – también UVA porque son los que hay – para la construcción. Es inviable, ya que la línea estuvo siempre destinada a la clase media, media-baja que no posee los recursos para hacer frente a semejante inversión.

María del Carmen, una de las adjudicatarias de un lote más construcción en Bahía Blanca, le contó a El Destape que esta línea “era la única posibilidad a la que la mayoría de la clase media baja” podía llegar. “Era para quienes no estamos en condiciones de llegar a una vivienda social pero no tenemos posibilidades de sacar un crédito hipotecario. Por eso, era nuestra única posibilidad para acceder a un préstamo para una vivienda”. Sin embargo, el gobierno de Macri “destruyó todo con estas pretensiones de que seamos incluidos en un crédito UVA solamente por el terreno”.

 

Años de espera

El Palomar es uno de los casos del abandono macrista. El Gobierno anterior expropió tierras del Ejército para destinarlas a viviendas sociales (del Procrear), algo calificado como “revolucionario” por un vecino que ganó el sorteo y sigue a la espera, en diálogo con El Destape. Por el cambio de gestión, las obras le correspondían al macrismo pero este medio fue al lugar y los pastos eran más altos que esta cronista. Había caballos, perros e incluso liebres pero ningún servicio público y, mucho menos, el inicio de viviendas.

Los vecinos le relataron a este medio que, ante la desidia, se ofrecieron ellos mismos a limpiar el baldío para poder comenzar con las tareas. “Nosotros ya pensábamos en qué casa nos tocaría, en que queríamos terrenos linderos porque nos llevamos bien”, dijo Gabriela, una de las adjudicatarias, en relación a otra de las vecinas con las que luchan hace tiempo.

Otra de las mujeres que se acercaron a charlar con este medio contó que todo el trámite comenzó con ella sin hijos, quedó embarazada, tuvo que ir a reuniones y asambleas con la panza y debajo de la lluvia. Que los funcionarios macristas le prometieron que su hijo, a los tres años, ya iba a poder tener su habitación pero los terrenos siguen como si nada fuera a ocurrir.

Todos con el sueño de tener su casa propia, con los planos que proporcionaba el Procrear para hacer sus casas, con la proyección de sus espacios favoritos a la hora de construir. Incluso, contaron, los funcionarios los ilusionaron al plantearles que podrían elegir qué árboles  y plantas sembrar en el lugar. Nada de eso pasó.

Guillermina, de Bahía Blanca, manifestó a El Destape que cuando se inscribieron estaban “ilusionados con tener una casa propia” para que sus “hijos pudieran tener cada uno su habitación, estar tranquilos, invitar a sus amigos, donde cada uno tuviera su propio espacio y cubrir sus necesidades”. Por eso, el Procrear era “a medida” de sus posibilidades

María del Carmen, del mismo distrito, resaltó: “El Gobierno anterior se encargó de conseguir terrenos para que nosotros pudiéramos alcanzar" a pagar. "Hoy, todo eso que se había conseguido, con la dilatación nos dicen que no somos beneficiarios del crédito y que a lo sumo podemos acceder a un terreno sin posibilidades de construcción", concluyó en diálogo con El Destape.

Al respecto, Luciana remarcó: “No elegimos que pasara tanto tiempo para acceder al crédito para el terreno y la construcción. Me pregunto por qué ahora nos mandan un nuevo sorteo con nuevas bases y condiciones, dentro de las cuales se encuentra que vamos a acceder a un crédito UVA”. En diálogo con El Destape contó: “Nos pusimos a calcular y no favorece, genera más deuda y no vemos la posibilidad de llegar a nuestra casa. Vemos la posibilidad de tener un terreno con una gran deuda”. Por eso, argumentó que un crédito UVA los obliga a estar “mano a mano con un Banco y con una deuda grandísima” por lo que ven cada vez más lejos la posibilidad del hogar propio.

Fuera del crédito

Además de los cambios radicales, impagables y expulsivos que propuso el macrismo, la demora, la desidia y el abandono del Estado en manos de Cambiemos empujó a muchos de los beneficiarios con la crisis. Así, dejaron de ser sujetos de crédito. Contrajeron deudas con las tarjetas, por ejemplo, o los salarios ya no alcanzaban para estar dentro de las condiciones bancarias y quedaron fuera de una posibilidad que tenían por cierta antes de que asumiera Mauricio Macri.

La devaluación, la inflación, la pérdida del poder adquisitivo hicieron que muchos no pudieran hacer frente a los gastos cotidianos y tuvieran que contraer deudas que los dejaron fuera. Algo que no hubiera sucedido si el Gobierno hubiera entregado las tierras en un lapso de tiempo acorde a las obras. Pasaron casi cuatro años y nunca se terminaron.

“El requisito del procrear de lote era que para empezar a hacer el trámite de hipoteca tenía que ser en un lote con electricidad, que tuvo electricidad recién el año pasado. Las cloacas se terminaron a principio de este año. Tardaron tres años y en esos tres años todos nos fuimos cayendo”, dijo Graciela, una vecina de San Martín de los Andes, muy angustiada a El Destape. Incluso, contó, muchos fines de semana los vecinos iban a los terrenos que ya tenían asignados a tomar mate. Porque esas eran sus casas. El caso de la foto precedente, es el de una niña jugando en una de las calles del barrio que nunca les entregaron y sobre los que tanto proyectaron.

De este modo, el kirchnerismo intervino, por primera vez, en el mercado inmobiliario para que las familias tuvieran la posibilidad de acceder a su hogar. Llegó el macrismo y las obras se frenaron o muchos lotes listos para entregar fueron congelados. Ahora, deberán volver a inscribirse para ganar nuevamente la lotería pero con cláusulas usureras y sin la posibilidad de tener un hogar. Macri les robó el sueño de la casa propia a miles de familias.