El candidato presidencial de Cambiemos y líder del PRO rechaza un acercamiento explícito con su competidor del frente UNA, pero acepta acuerdos tácitos en los distritos provinciales o municipales donde la consolidación de Massa puede evitar un crecimiento del postulante oficialista, Daniel Scioli. Así lo confirmaron a la agencia NA fuentes de la mesa chica del macrismo, quienes afirmaron que al candidato presidencial de Cambiemos no le conviene que Massa se baje sino, por el contrario, que compita y tenga una buena performance en las regiones donde Macri no logre crecer.
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En la última semana, el comando de campaña del PRO llegó a la conclusión de que si Massa se baja, el 60 por ciento de sus votos irían a Macri y el 40 a Scioli, pero con esa base al bonaerense le alcanzaría con sumar un millón y medio de sufragios para imponerse en primera vuelta. Uno de los ejemplos citados por las fuentes macristas es la provincia de Salta, en donde las elecciones primarias dejaron a Scioli en primer lugar, a Massa segundo y a Macri tercero.
Si el candidato de UNA lograra consolidar sus votos allí, evitaría un crecimiento de Scioli y eso favorecería, a nivel nacional, a Macri, según evalúa el grupo que diagrama la estrategia electoral del PRO. Este escenario se complementaría con un crecimiento en la provincia de Buenos Aires a partir de la consolidación de la candidata a gobernadora, María Eugenia Vidal, y una eventual caída de su rival oficialista, Aníbal Fernández.
El macrismo sostiene que el Frente para la Victoria no podrá retener el 40 por ciento de los votos que obtuvo en Buenos Aires con la sumatoria de la lista encabezada por Fernández y la de Julián Domínguez. En el PRO bonaerense sostienen que Fernández quedará con unos 37 puntos debido a la fuga de algunos de los votos de Domínguez y de los intendentes históricos que perdieron las internas del Frente para la Victoria en sus distritos.
Según las fuentes consultadas, el macrismo puede llevarse votos de intendentes como Raúl Otacehé, en Merlo, o Mariano West, en Moreno, quienes quedaron fuera de carrera tras perder las internas en sus distritos.
De hecho, el jefe de la campaña bonaerense del PRO, Jorge Macri, habilitó a los dirigentes comunales a iniciar conversarsaciones con los derrotados de las internas oficialistas, según supo NA. Con el objetivo de sumar un millón de votos, el armado bonaerense del PRO confía en llevarse votos de los barones del conurbano vencidos y sumar voluntades en barrios de la primera y tercera sección electoral que, según afirman, son permeables a la campaña de Vidal.
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