Aunque el Gobierno quiera presentarlo como una medida en favor de los sectores más vulnerables de la sociedad, la eliminación del IVA a alimentos de la canasta básica tendrá otros efectos. A las familias que se encuentran por debajo de la línea de pobreza les alcanza apenas un cuarto de la reducción del impuesto.
Un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) señaló que “la mayor parte del esfuerzo fiscal de quitar el IVA a los alimentos es apropiado mayormente por familias de altos ingresos. A las familias pobres les llega sólo un cuarto de la reducción del IVA”. En ese sentido, el documento añadió: “Como la brecha de ingresos es tan alta, quienes más alimentos consumen terminan siendo las familias de altos ingresos”.
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A su vez, “entre las familias pobres es más frecuente la adquisición de alimentos en almacenes que operan 'en negro' y que, por lo tanto, no son sensibles al cambio del IVA". En contraposición, el informe apuntó: "En cambio, las familias de altos ingresos son más propensas a comprar en supermercados, que son los más presionados por el gobierno a cumplir con la baja de precios asociada a la reducción del impuesto”.
Según la última Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares del INDEC, el 30% de los hogares de menores ingresos asigna 47% de su ingreso a alimentos, pero compra sólo el 26% de todos los alimentos que se venden en el país.
El 40% de los hogares de ingresos medios asigna 30% de sus ingresos a alimentos y consume el 38% de los alimentos, mientras que la proporción para los sectores más favorecidos muestra una dinámica del 20$ y el 36%, respectivamente.