La contundente victoria electoral del Frente de Todos en Santa Cruz

La provincia gobernada por Alicia Kirchner fue una de las que aportó uno de las victorias más amplias para la fórmula de Alberto y Cristina Fernández. Además, le arrebató la intendencia de la Capital a la UCR.

29 de octubre, 2019 | 18.29

Los balances y análisis de la elección del domingo pasaron por alto lo que sucedió en el sur lejano de la Argentina, más precisamente en la provincia de Santa Cruz, cuna del kirchnerismo, donde el Frente de Todos obtuvo uno de los resultados más contundentes del país. Allí, la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner obtuvo seis de cada diez votos, duplicó a la boleta de Juntos por el Cambio y se quedó con las dos bancas en juego para la Cámara de Diputados. Además, en una definición cerradísima, el peronismo recuperó la intendencia de Río Gallegos, que estaba desde hace doce años en manos de un radical. 

La gran protagonista de ese resultado fue la gobernadora Alicia Kirchner, que en agosto había sido reelecta contra los pronósticos de la mayoría de los medios porteños. Desde diciembre de 2015, desde Buenos Aires y con el apoyo entusiasta del Gobierno, muchos periodistas vaticinaron y promovieron un fracaso del que en ese entonces aparecía como el último bastión del kirchnerismo. Cuatro años más tarde, Santa Cruz es una de las dos provincias en todo el país que terminaron este período con más puestos de trabajo en blanco que entonces (la otra es Neuquén, que contó con el motor de Vaca Muerta) y se encuentra desendeudada.

En el interín, Alicia Kirchner tuvo que superar dificultades: la falta de recursos, fruto de la discriminación del gobierno federal, causó conflictos gremiales, algunos de los cuales escalaron y llegaron a desarrollar escenas de violencia. El punto más álgido fue en 2017, cuando un grupo de manifestantes forzó un portón e ingresó a la residencia oficial, donde se encontraban la gobernadora junto a su cuñada, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. "El ataque fue planificado y organizado por hombres de Cambiemos en la provincia”, denunció en esa ocasión CFK. Alicia, por su parte, dio el mismo diagnóstico: “Acá hay una persecución política. Quieren mi cabeza para la campaña nacional electoral”.

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Luego de una derrota del peronismo en las elecciones de medio término, y al mismo tiempo que el Gobierno nacional entraba en una pendiente que lo llevaría a la derrota, la administración santacruceña pudo poner en orden sus cuentas y cerrar los frentes de conflicto con gremios más combativos como estatales, docentes y petroleros. En paralelo, la oposición comenzó a desintegrarse: problemas políticos y personales mellaron la imagen de Eduardo Costa, el principal referente de Cambiemos en Santa Cruz. La dispersión de ese espacio político llegó a tal nivel que algunos candidatos se presentaron ante la justicia para no llevar la boleta de Mauricio Macri pegada a la tira local.

La debacle del radicalismo santacruceño le costó a ese partido también la intendencia de Río Gallegos, que recuperó el peronismo después de doce años. El ganador fue Pablo Grasso, titular del Instituto de Vivienda de la provincia y funcionario de máxima confianza de Alicia Kirchner. El triunfo del Frente de Todos sumó a un nuevo ítem a la larga lista de capitales provinciales que la UCR perdió en elecciones este año, entre las que se cuentan Santa Rosa, Córdoba, Santa Fe, Paraná y Neuquén. Este fin de semana, también perdieron Viedma, después de 16 años. Así, de diez capitales que gobernaba ese partido en enero, a partir del año que viene le quedarán solamente tres.

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