Existe toda una generación que creció con Serrat y con Sabina, toda una cantidad de argentinos que aprendieron a escuchar música con Joan Manuel Serrat y con Joaquín Sabina, que se enamoraron con estos dos pájaros que andan sueltos. Con ellos descubrieron que cada amor podía ser como Lucía y lo importante que pueden ser aquellas pequeñas cosas; que hace tiempo le robaron el mes de abril, que a veces lo niegan todo. Esa generación aprendió a sangrar, luchar y pervivir para la libertad.
Ese idilio, ese amor incondicional se renovó este fin de semana en el recién estrenado estadio Movistar Arena, un espacio que parece haber llegado para ocupar un lugar de privilegio, por la capacidad que ofrece. Unas 15 mil personas y otro tanto el domingo aplaudieron de pie y disfrutaron casi tres horas de un concierto para guardar en los corazones.
La gira No hay dos sin tres los muestra a Serrat y Sabina haciendo un repaso íntimo y elegido de canciones eternas: Lucía, Pero qué hermosas eran, Los Fantasmas del Roxy, Cantares, Mediterráneo, Lágrimas de mármol, La del pirata cojo... Muchas, las que todos son capaces de cantar. Como enormes artistas que son, sorprenden con lo ya conocido, saltan de marzo a mayo porque hace tiempo les robaron el mes de abril y parece que nada les gusta más que cantar canciones.
Todo comienza con un video que muestra a un par de aves migratorias que, por esas cosas de la vida, aterrizan -aunque con algunos problemas- en Buenos Aires. Después, el aplauso comenzará a romper las manos porque Esta noche contigo abrirá la fiesta. Pasarán No hago otra cosa que pensar en ti, con algunos arreglos de época y ocasión, subirán Las malas compañias, intercambiarán Una canción para Magdalena.
La noche es un recorrido mágico que podría vivirse chupando un palo sentado sobre una calabaza: la vida tiene que de tanto en vez regala momentos mágicos. Después llegarán 19 días y 500 noches, una versión inolvidable de Nanas de la cebolla en la que Serrat recuerda a Alberto Cortéz; también Lágrimas de mármol, Princesa, Señora. Siguen envenenando los versos y los besos y el tiempo parece estar detenido ahí, por un instante. Dicen que están "porque ustedes lo han querido", y no prometen nada, pero ojalá que siga siendo posible verlos juntos, porque en definitiva qué difícil es intentar salir ilesos de esta magia en la que nos hayamos presos.
Esa generación de Serrat y de Sabia tenía un barquito de papel en donde vararon la sonrisa y el pasado, sus hijos se parece y son los que también saben que no hay historia de piratas que tenga un final feliz. En el inmenso y repleto estadio Movistar Arena andan todas esas historias sueltas y hay que estar, porque no hay dos sin tres.
PRÓXIMAS FECHAS
Jueves 7 y Viernes 8 de noviembre en Movistar Arena de Buenos Aires.
Miércoles 13 de noviembre en Orfeo Superdomo de Córdoba.