Inflación coche cama: viajar a los centros turísticos del país saldrá hasta un 44% más

05 de diciembre, 2014 | 11.37
Por Juan Patricio Costa
Redacción El Destape

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"Las empresas piensan tres o cuatro veces antes de aplicar un aumento", señala Gustavo Gaona, vocero de la Cámara Empresaria de Larga Distancia (Celadi). La frase condensa la situación del transporte terrestre de larga distancia en la Argentina. Altos costos, boletos encarecidos, caída del volumen de pasajeros y una dura competencia con las aerolíneas.

La Secretaría de Transporte autorizó a partir de diciembre una suba del 12% de la banda tarifaria de los pasajes de larga distancia. Fija topes máximos y mínimos, que las empresas deben respetar para no recibir multas. En un año, las alzas permitidas por el organismo ascienden al 29%. Aunque los empresarios argumentan que esos incrementos no se trasladan automáticame porque varía el porcentaje de ajuste, si se trata de rutas turísticas las aumentos son grandes.


La temporada pasada, el precio del boleto a Bariloche de la empresa ViaTac en un servicio cama económica era de $1.068. Para 2015, el valor trepa a $1.393, lo que representa un incremento del 30,5% en el año. La empresa Sierras de Córdoba, en tanto, cobraba $405 el viaje a Villa Carlos Paz en enero 2014 en un servicio de semicama. Este verano, el mismo pasaje costará un 29% más.

"Hay rutas donde se puede aplicar el máximo de la tarifa autorizada por la Secretaría y otros que no, generalmente son los destinos veraniegos donde se hace el mayor ajuste", subraya Gustavo Yaquinez de la empresa Andesmar. Gaona agrega que "el aumento se aplica si el destino lo permite", y que el sector intenta "trasladar los costos al usuario en la menor medida posible" para mantener la tarifa.

"Los costos aumentaron entre un 38 y un 40% en el último año, y las subas permitidas en las tarifas no alcanzan para cubrirlos", aseguran desde Andesmar.

Casi la mitad del costo total de las empresas se va en sueldos. Son más de 22 mil trabajadores que dependen del sector en forma directa. El salario básico de un conductor es de $10.300, a lo que se suma un reintegro diario de 500 pesos. "Son costos muy altos, miles de millones de pesos en sueldos", se quejan desde el sector. Y agregan que no recortan personal porque la línea que llega desde el Gobierno es "mantener las fuentes de trabajo".

La fuerte disminución del volumen de pasajeros en los últimos años dejó al sector con una estructura demasiado grande para un negocio que se achica. "El sector tiene una capacidad de traslado para 12 millones de pasajeros sin usar", se lamenta Gustavo Gaona.

El crecimiento del parque automotor, las "combis truchas" y los subsidios a otros medios de transporte son las causas de la caída en el volumen de pasajeros, según coinciden en destacar las empresas consultadas por este medio.

Desde la óptica de los empresarios, existe una injusta distribución de los subsidios a los transportes de pasajeros de larga distancia. Para los transportistas, el subsidio del 5% que reciben en las 17 rutas en las que compiten con el aéreo no es suficiente para competir con las aerolíneas que reciben hasta un 40% en subsidios.

¿Cuánto cuesta viajar por micro y cuánto por avión a los principales destinos del país?

El Destape hizo un análisis de los precios en caso de tener que comprar el boleto con sólo un mes de anticipación. Las compañías aéreas, a diferencia de las empresas de transporte de larga distancia, sí habilitan la opción de reservar hasta un año antes y, en los casos de los vuelos de cabotaje (por la Argentina) las diferencias de precios son enormes si se compra cerca de la fecha del viaje.

Así, un pasaje aéreo, si se adquiere con seis meses de anticipación, cuesta lo mismo o incluso menos que el del ómnibus de larga distancia. "Históricamente, el valor del pasaje aéreo representaba tres veces el del terrestre, y hoy en día está a un precio similar", comenta Yaquinez.

Un empresario automotor que prefiere no ser identificado cuestiona la política de subsidios del Gobierno para las aerolíneas y trenes: "Es una definición política del costo del pasaje, no una definición económica. No hay una racionalidad estratégica", argumenta. Según el transportista, trenes y aviones se han convertido en banderas políticas del kirchnerismo. "Randazzo hace su campaña con los trenes, y Aerolíneas Argentinas tiene a Recalde y a la Presidenta", sostiene.

Los transportistas anticipan que "salvo que surja un reclamo fuerte del gremio", con el último aumento del 12 por ciento, autorizado la última semana de noviembre por Transporte, y que las compañías aplicaron a los pasajes desde el 1 de diciembre, deberían "pasar el verano".



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