El real volvió a devaluarse y preocupa a los industriales locales, que consideran que la depreciación local podría no ser suficiente en un escenario de recesión regional. Dilma Rousseff estrenó equipo económico menos ortodoxo, el cual fue mal recibido por los mercados.
La depreciación de la moneda brasileña frente al dólar fue del 1,9% en el primer día de la semana, en un lunes de índices negativos tras el debut del reemplazante de Joaquim Levy al frente de la economía más importante de la región. La divisa norteamericana superó la barrera de los 4 reales y cerró en 4,023 reales para la compra y a 4,025 para la venta en el tipo de cambio comercial.
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El nuevo ministro, Nelson Barbosa, protagonizó una teleconferencia con inversores que no logró convencerlos de que podrá cambiar el rumbo de la economía más importante de la región. Es que el flamante titular de Hacienda defendió el rumbo de su presidenta y sostuvo que moderará el paquete de ajuste que impulsó su predecesor, que sí tuvo el visto bueno de los mercados al principio de su gestión.
Las principales acciones del país vecino tuvieron una importante caída, inmersas en un escenario que vive tanto una crisis económica como política con el gobierno de Rousseff inmerso en el pedido de impeachment a su jefa de Estado y con varios representantes de su fuerza implicados en un escándalo de corrupción.
Pero la devaluación brasileña volvió a complicar a los industriales locales, que con la unificación del tipo de cambio local consideraban que las economías podían equipararse. Es que una devaluación más fuerte del real vuelve menos competitiva a los productos argentinos.
La devaluación de casi el 50% que tuvo la moneda brasileña en 2015, sumado a la recesión en ese país, fue la principal preocupación de los empresarios argentinos, que ven un 2016 complicado en lo que refiere al intercambio bilateral.
Ahora, el dólar único a $13,90 sigue pareciéndoles barato a algunos exportadores, y varios analistas consideran que podría subir en los próximos días, principalmente cuando se habiliten los dólares que exigen los importadores, los cuales, al igual que los pequeños ahorristas, no pudieron acceder a la divisa norteamericana con total libertad. Por eso, y por el aporte de las cerealeras, la demanda fue menor que la oferta de dólares en el mercado local y el tipo de cambio pudo mantenerse por debajo de $14, como pretendía el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay.
En este escenario, Brasil seguirá siendo la primera preocupación de los empresarios, ya que el 20% de las exportaciones argentinas tienen ese destino, porcentaje que aumenta en las industrias más importantes, como la automotriz. De hecho, varias terminales esperan poder ampliar los socios comerciales para amortiguar la caída del vecino.