Impuesto a las Ganancias: no gravan mejoras del salario, sino subas nominales

27 de noviembre, 2014 | 19.09

Por Ezequiel Orlando
Redacción El Destape
@ZetaOrlando

Este será el primer año en el que todos los economistas admiten que caerá el poder adquisitivo de los empleados. Pero la culpa de la inflación es compartida y acentuada por el impuesto a las ganancias en cada vez más casos. Esto se graficó con el paro de transportes del jueves, que fue en línea con la falta de actualización del mínimo no imponible hace más de un año, que hoy se mantiene en $ 15.000 mensuales.

En un contexto de aumento de la desocupación, aunque con mantenimiento de los puestos de trabajo, no debería ser una preocupación general un tributo que afecte a los mejor remunerados. Pero si las subas en los pisos de Ganancias no acompañan las alzas de precios, se convierte de a poco en un malestar mayor. Por ello se encuentran alcanzados por este gravamen nada menos que un millón de trabajadores en relación de dependencia y 700.000 autónomos, según aproximó Nadín Argañaraz, presidente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).

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Desde el centro de estudios se animaron a proyectar que la pérdida del salario real por la falta de actualización de la estructura impositiva se ubicará cerca del 8,6%, con los supuestos de una inflación del 40% y paritarias promedio del 32%.

El principal problema del impuesto a las ganancias es la falta de actualización de la escala, que está fija desde 2000. "Esto genera distorsiones, ya que las personas que pagan lo hacen en base a su ingreso nominal y no el real (que tiene en cuenta la variación de las canastas de productos)", planteó a El Destape.

Por ello, Argañaraz propuso que el mínimo no imponible siga a la inflación "para que las personas pueda mantener su poder adquisitivo. El problema es que aún si logra una suba de sueldo que empate al alza de precios, cada vez va a pagar más Ganancias". Sin embargo, este año el Gobierno no actualizó el piso, sino que la última vez que lo hizo fue en agosto de 2013.

"Hay que actualizar el piso sobre en línea con la inflación, pero no correr atrás porque se desfigura la razón del mismo tributo", coincidió con él Rodrigo Álvarez, director de Analytica. Consultado sobre qué parámetro de precios debería considerarse, el economista reconoció que la oficial "es mejor que nada, pero no es la que refleja la verdadera suba". Aunque planteó que debería haber un sinceramiento estadístico, Álvarez se mostró resignado a que pueda ocurrir con la gestión actual del Indec.

El primer tramo sobre el que se cobra tiene una alícuota del 9% y va subiendo hasta llegar al 35%. Si bien el mínimo es de $ 15.000 brutos, no se calcula sobre el sueldo del mes, sino con el del año pasado. La pulseada entre las paritarias y la inflación llevó a que el tributo primero planeado para empresarios y gerentes aqueje a más trabajadores de clase media y sea un dolor de cabeza del 10% de los empleados.